La investigación en Ciencias Humanas está atravesada por problematizaciones y perspectivas disciplinares diversas que se ocupan de los procesos y prácticas que, a lo largo del tiempo y en distintos espacios, involucran tanto la producción como los procesos asociados a la distribución y la transmisión de la cultura. Éste es el marco amplio en el que se inscribe el Congreso.
Las nuevas categorías para expresar el mundo que vemos hoy, y vislumbrar el futuro, muchas veces silencian miradas clásicas que no están agotadas como fuentes de inspiración. Nos toca pensar el surgimiento de saberes que acompañan la acelerada digitalización de la experiencia, entre otras transiciones del presente. A esto apunta el título elegido para el Segundo Congreso Internacional de Ciencias Humanas: Actualidad de lo clásico y saberes en disputa de cara a la sociedad digital.
Les informamos que la obra Actas 2º Congreso Internacional de Ciencias Humanas ha sido registrada en el Sistema ISBN Argentino con el número:
ISBN: 978-987-47448-2-1
Ralón, Graciela.
Pérez Ruíz, Elizabeth.
desentraña los diferentes sentidos comprendidos en esta noción. El humanismo se presenta, según el autor, como la resistencia al olvido del pasado greco-latino, como un
movimiento de compensación frente a la objetivación producida por la vida moderna y, finalmente, como el élan de la humanidad en el sentido ético-cultural. Según Ricoeur, en cada uno de estos sentidos hay implícita una tensión, que es necesario explicitar, para
hacer frente a la encrucijada en la que se encuentra el hombre moderno, y, particularmente, el hombre de cultura.
La resistencia al olvido del pasado cultural exige, por un lado, considerar la tensión entre las humanidades clásicas y las modernas y, por el otro, la tensión entre las humanidades como “actividad cultural desinteresada” y “la actividad utilitaria profesional”. Relacionada con la segunda tensión aparece el sentido que Ricoeur le confiere al humanismo como la réplica al peligro de objetivación del hombre en el trabajo y en el consumo. Ricoeur insiste en que el hombre dedicado a las no se encuentra en una situación de muerte postergada que lo obligue a rebelarse amargamente y protestar tontamente contra la “innovación de la tecnología”, “la
nivelación de la cultura” o la “desaparición de las élites”. Esta actitud resulta superflua porque la revolución misma de la tecnología exige una mediación de la cultura entendida como un “gran rodeo” entre el hombre y sus poderes.
Finalmente, el humanismo no es para Ricoeur solo una actividad de defensa y compensación sino una creencia o convicción, que tiene que ver con un “élan de la humanidad” en el sentido ético-cultural. La tercera faceta presentada por el autor se relaciona con la creencia de que a través de las determinaciones materiales de la
civilización, el hombre se determina y se elige a sí mismo y que esta elección puede ser esclarecida y tematizada en la reflexión.
Sobre la base de estos tres rasgos que caracterizan al humanismo, la propuesta que presentamos, intenta abrir el abanico de la reflexión, profundizando, por un lado, en las propuestas ricoeurianas y, ahondando en ellas a través de otros aportes que nos ayuden a
pensar la responsabilidad del hombre de cultura, que en otros términos es “el educador político”, cuyos niveles de acción son: las industrias, las instituciones y los valores.