El objetivo de esta ponencia es analizar algunas lecturas sobre el pasado reciente, más específicamente sobre la apropiación de niños ocurrida en nuestro país durante el terrorismo de estado, que entendemos pueden conllevar a inscribir estos hechos únicamente en el registro de “lo excepcional”. Si por un lado, la construcción de tales lecturas y discursos puede ser comprendida como un “antagonismo de estrategias” (Foucault, 2001) en el que los organismos de derechos humanos, en especial Abuelas de Plaza de Mayo, tuvieron que desarmar analogías existentes y oponer a estas otros sentidos; por otro lado, también consideramos que al ser desprendidas de su contexto de formulación corren el riesgo de ser banalizadas, y así pueden tender a cristalizar una lectura sobre estos hechos, en la que los mismos sólo sean visualizados como el producto de la mente perversa de algunos individuos, recortando a los mismos y aislándolos de la red de relaciones preexistente en que se inscribieron. Para desarrollar este análisis, focalizamos nuestra indagación en algunos de los reclamos de justicia llevados adelante por Abuelas de Plaza de Mayo para dar cuenta de las formas en que algunas categorías propias del “campo de la minoridad” debieron ser utilizadas y otras, a partir de la larga lucha sostenida por este organismo, fueron resignificadas.