Se trata de contribuir a la reflexión acerca de los pilares sobre los que tendría que sostenenrse esa Universidad futura que debemos construir. Es claro que los dilemas inmediatos que enfrentaba Kant no son los nuestros, y que el "tiempo", la "localización" y las "circunstancias" de la Universidad en la cual y para la cual pensaba son muy distintos que los que justifican y reclaman hoy nuestra propia reflexión. Pero no lo es menos que el empeño teórico comprometido por el viejo filósofo alemán en este ejercicio nos indica, por la radicalidad de sus preguntas y por el modo en que compromete en las mismas el vasto conjunto de dimensiones -políticas, organizativas, epistemológicas- que involucra el problema universitario (y que muchas veces, en nuestras aproximaciones más signadas por la necesidad o por la urgencia, tendemos a desatender), el tipo de camino que deberíamos nosotros recorrer en nuestro propio intento de seguir pensando y repensando nuestra Universidad, y que, en ese sentido, el tipo de intervención intelectual que representa El conflicto de las Facultades parece todavía plenamente vigente.