Este capítulo surge de la reformulación y expansión de una entrevista mantenida por los editores con la autora, en la que se abordan varios temas polémicos. Por una parte, Paula Carlino argumenta a favor de un nuevo concepto de alfabetización académica respecto del que formuló en 2002. "Alfabetización académica", sostiene, no es lo mismo que "literacidad académica": "literacidad" refiere a los modos de leer y escribir típicos de una comunidad de prácticas, en tanto "alfabetización" apunta a la práctica docente de enseñar esas formas particulares de leer y escribir. El capítulo también distingue entre la enseñanza de la escritura académica como medio para aprender las materias y como fin en sí mismo (enseñanza de la escritura como instrumento de aprendizaje de otros contenidos disciplinares y enseñanza de la escritura como contenido en sí). Igualmente, advierte sobre los riesgos involucrados en la enseñanza de la escritura cuando se la encara por fuera de las disciplinas, aunque se diferencian dos tipos de talleres de escritura (propedéuticos y de enseñanza situada), que exhiben rasgos contrastantes. El capítulo ejemplifica con experiencias nacionales e internacionales de enseñanza de la escritura que -si bien se llevan a cabo en espacios curriculares ad hoc- han logrado preservar el sentido de estas prácticas. Se fundamenta la necesidad de un abordaje interdisciplinar para la enseñanza de las literacidades académicas, por lo que se reconoce la responsabilidad que cabe a los especialistas en lectura y escritura de no permanecer únicamente a cargo de un taller en el que se confinan la producción y la interpretación de textos, y se los alienta a asumir el compromiso de pensar de qué maneras la lectura y la escritura pueden ser tratadas en los restantes espacios curriculares. Se analizan las condiciones necesarias para que una institución lleve a cabo un programa de alfabetización académica a lo largo y ancho de sus carreras y asignaturas, y se examina la formación que debería ofrecerse a sus docentes disciplinares para que puedan ser parte de este programa. A estos fines, se destaca la experiencia del National Writing Project en EEUU, la del programa de investigaciones inter-didácticas iniciado por Lerner y Aisenberg en Argentina, y la actual línea de estudios didácticos del GICEOLEM (Grupo para la Inclusión y Calidad Educativas a través de Ocuparnos de la Lectura y la Escritura en todas las Materias: https://sites.google.com/site/giceolem/ ), en los que un docente disciplinar participa conjuntamente con miembreo del GICEOLEM en el diseño colaborativo de secuencias didácticas, que son puestas a funcionar en el aula, registradas y analizadas. Finalmente se recorren experiencias sostenidas en el tiempo por la autora, en las que lectura y escritura han sido a la vez herramientas para aprender y objeto de enseñanza: en la cátedra de Teorías del Aprendizaje -origen del libro "Escribir, leer y aprender en la universidad", 2005-, en la formación continua de maestras de educación infantil y primaria en Madrid -origen del libro "Leer y escribir con sentido", 1996-, en la formación continua de profesores secundarios y universitarios en la Universidad Nacional del Comahue -origen del libro "Lectura y escritura, un asunto de todos", 2009-, y en la actual formación de investigadores del GICEOLEM, encarada a través de grupos de escritura, discusión bibliográfica y supervisión colectiva de tesis. TEXTO COMPLETO DISPONIBLE EN https://www.aacademica.org/paula.carlino/214.pdf