A lo largo de los años, el movimiento feminista se ha ido extendiendo y teniendo incidencia en diferentes ámbitos: académicos, políticos, educativos y sanitarios. Dentro de éste último, profesionales de la salud que trabajan desde una perspectiva feminista o de género ha impulsado el armado de espacios y dispositivos de atención a personas en situación de violencia y en situación de aborto. Esto ha sido posible con el acompañamiento de organizaciones feministas, que han colaborado con la formación de las profesionales, el armado de estos dispositivos, así como también de redes nacionales e internacionales, de forma de construir nuevas estrategias y alianzas.