¿No posee una cuenta?
Lo ético-político de jugar con y entre otros
Pranich, Gabriel Jorge - (IICE-UBA – CIS/CONICET-IDES).
III Congreso Internacional de Ciencias Humanas. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2024.

Resumen
La propuesta de la presente ponencia parte de la hipótesis que, el jugar constituye una interpelación ético-político. Si bien el planteo no es estrictamente en relación con la práctica psicopedagogía se considera una colaboración a la misma, ya que el juego hace a un dispositivo clínico en la psicopedagogía con niñeces y adultes. Es ético, porque quedamos interpelados por el otro. A mi modo de ver, vemos el rostro del otro por primera vez mientras jugamos. En el juego los jugadores son liberados de todo prejuicio de su interpretación, incluso, de una racionalidad causal y argumentativa. Al mismo tiempo, es político no se reduce al otro en tanto otro. Entonces, no hay una ética separada de la política, sino que siempre se plantea como ético-político. Por lo tanto, hablamos de la responsabilidad y el compromiso con nuestra época a partir del derecho inalienable de ser “otro en tanto otro”, dice Emmanuel Lévinas. Lo mismo no es lo igual, somos lo mismo en cuanto seres humanos con los mismos derechos y obligaciones, pero no somos iguales; el nosotros se compone de la alteridad y no del yo ampliado.
Quiero proponer que hay una posición ético-político practicada en el jugar, no podemos interpretar mientras jugamos. Por el contrario, si interpretamos qué quiere decir encontrar, por ejemplo, una casa mientras jugamos con un niño de 10 años al juego de la Papa, el juego en ese mismo momento ha terminado. Este jugar es un posicionamiento ético-político, porque parte de la interpelación con el otro y la responsabilidad para con el otro. Quizás, entre medio del jugar nos interpelamos con el rostro del otro que dejamos de querer interpretar. No podemos dudar de que representar a través de las palabras constituye una interpretación y es hacer emerger una realidad de una forma y no de otra.
Vamos a jugar es la base para poder jugar a cualquier juego. Jugamos a jugar habilita un campo de reconocimiento. En este reconocernos es que somos otros en el juego. Donde incluso podemos ser el otro y el otro puede ser yo y sentir lo que el otro siente: así sea de jugando constituye una experiencia y es formadora de subjetividad. Si bien vivimos en una época donde las experiencias se plantean como imposibles. Como el juego se interpela con su contexto y busca pisar allí donde pisa. El juego constituye tierra firme para pisar y de ahí que el juego hace memoria. “Vivir es estar firmemente aquí”, dice Rodolfo Kusch.
El juego de dejar de interpretar. En este jugar que suspendemos la racionalidad interpretativa y de ahí que, el jugar constituye un pensamiento crítico puesto que coloca entre paréntesis aquello que creíamos ver. El juego también es potencia, porque jugamos a hacer otra cosa que no somos y no hacemos. ¿El juego hace visible algo que antes no veíamos?
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