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Calidad educativa como práctica de gobierno en la práctica pedagógica
SIRLEY HERNANDEZ MARTINEZ - Estudiante doctorado.
III Congreso Internacional de Ciencias Humanas. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2024.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/esz9/QNF
Resumen
La calidad educativa, configura dentro del campo educativo las prácticas escolares y las relaciones pedagógicas convirtiéndose en lugar privilegiado de reflexión funciona como una síntesis del conjunto de ideas que se desea establecer alrededor de las propiedades de la educación. La calidad educativa no es un concepto neutro, es ideológico que pone en perspectiva el lente desde donde vamos a mirar la realidad. Tampoco es un campo cerrado y estático, es un sistema simbólico continuamente tensionado por las disputas propias de la construcción del mundo social, es un concepto emergente, contextual, polivalente, e integral.   Desde esta perspectiva, la calidad educativa como “cualidad” de la educación es una objetivación, no es el resultado de un proceso evolutivo que nos revela su naturaleza. Por el contrario, la calidad educativa es el resultado de un largo proceso de desplazamiento de la cultura escolar, lo que permite indagar sobre los efectos de su normalización y su centralidad discursiva en las transformaciones de los escenarios escolares. Que paulatinamente se instauraron como sentido común en el ámbito educativo al punto de que hoy no se pueda contemplar una educación sin calidad. Pero, no es una condición intrínseca de la educación; sino que se constituye en una configuración histórica producida en la red de relaciones de prácticas discursivas y no discursivas en un momento histórico específico.   La presente investigación, toma como noción metodológica la práctica pedagógica, como unidad de análisis y como problematización contemporánea; entendida como el proceso de institucionalización del saber pedagógico en nuestra sociedad. Un proceso que se capta al identificar las relaciones entre: las instituciones, los sujetos, los discursos y las tecnologías de gobierno que en cada formación social han dado materialidad a la función de enseñar.       Este lugar metodológico, es pertinente porque  permite escudriñar cómo la calidad educativa ha tensionado la práctica pedagógica, cómo la modela, la configura, la pone a jugar a su manera y la instrumentaliza. Sin perder de vista que, actualmente, la calidad educativa busca adentrarse en el aula, es cada vez más microfísica, se vuelve más refinada y minuciosa, es decir, se pone en funcionamiento como un objeto estratégico de gobierno porque asistimos a un modelo de gobierno de la educación, una gestión pública que incorpora prácticas generadas a partir de diversas estrategias orientadas a dirigir las conductas para hacer la vida administrable, que pasa del tipo de biopolítica que produce la regulación de la vida del cuerpo social y que actualmente se instaura en un poder de productividad desde la psique.   2 Con el fin de presentar otros horizontes de interpretación que permitan repensar el problema de la calidad educativa desde la racionalidad educativa contemporánea, en el marco de las sociedades neoliberales y políticamente globalizadas. Pensar la calidad educativa como práctica de gobierno abre caminos de problematización y amplía las formas analíticas para comprender cómo se ha modificado el sentido y valor de la educación.   Es necesario, pensar en el  desafío ético y cultural que trae la calidad educativa a los maestros como sujetos relevantes del sistema educativo en los escenarios escolares del siglo XXI. La calidad educativa, nos ha puesto hablar un mismo lenguaje y a comportarnos de igual forma, desde el punto de vista de mejora continua, si bien esta estandarización fija un límite para la manifestación y reconocimiento de autonomías, expresiones, modelos y alternativas en términos de lo educativo; podría convertirse en una herramienta ética donde esa pretensión de un producto final sin imperfecciones sea traducida en un propósito por mejorar las relaciones y los modos de ser y estar en el mundo. para continuar insistiendo en proponer prácticas, formas y maneras de vivir la vida, y por qué no pensar modos distintos de resolver conflictos no apelando a la guerra.   En consecuencia, la pregunta problema de esta investigación es: ¿Cómo funciona el discurso de la calidad educativa en la producción y/o configuración de la práctica pedagógica en el marco de la racionalidad del gobierno neoliberal?
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