El presente trabajo se propone el análisis de la caracterización de los personajes femeninos y masculinos en Moon Palace (1989) de Paul Auster, a través del cual rastrearemos el desarrollo del protagonista Marco Fogg, quien, si bien demuestra claras similitudes con el antihéroe que experimenta “la náusea de una inútil existencia” (Azuar Carmen, 1987:53), puede asociarse con el personaje “drama” que se va “definiendo a sí mismo, alumbrando su entorno conforme avanza hacia una respuesta, hacia un destino” (43). De aquí que Iversen (2007), rastree características del género bildungsroman en Moon Palace, dado que se vislumbra una comprensión particular de la naturaleza de la humanidad a través de la evolución del personaje central. Si bien, como concede Iversen, la mayoría de los críticos no conciben la posibilidad de ver la novela como bildungsroman, dado que ha sido catalogada como postmoderna, el autor resalta que, en concordancia con lo que caracteriza al género bildungsroman, la focalización de la atención se centra en el desarrollo del personaje principal (Iversen, 2007:68-71). Las referencias a la expansión del universo perceptible y abarcable en la transmisión del alunizaje de la nave Apollo anticipan un terreno inestable y cambiante y es a partir de aquí, que Marco se lanza a un proceso de autoaniquilamiento que asociaremos a la figura del antibildungsroman. Por otro lado, observamos el reiterado rol del personaje femenino que “rescata” al masculino de sus impulsos autodestructivos. Como explica Todorov, “en toda obra existe una tendencia a la repetición, ya concierna a la acción, a los personajes o bien a los detalles de la descripción” (en Barthes et al, 1972:159) y en este caso, veremos como su relación con el resto de los personajes y el contexto determina su caracterización exhaustivamente (165). Marco Fogg es un claro ejemplo de la paradoja del héroe de ser totalizado como incompleto, “one of the most salient features of fictional characters is their so-called incompleteness” (Reicher, 2010:118), o, como diría Lukacs, “por la paradoja de ser totalizados como incompletos […] como internamente infinitos, abiertos al mundo, porque una conciencia está siempre siendo” (citado en Drucaroff, 2012:53). La historia demuestra, a diferencia del destino de muchos de los héroes masculinos austerianos, que es posible la recuperación y resurgimiento del vacío existencial en que incurren si son “rescatados” y acompañados por otros personajes, con una clara preponderancia de los femeninos que, si bien no demuestran un gran desarrollo, tienen la función de servir de sostén de los masculinos y encarnar los conceptos de estabilidad, confiabilidad y solidez. Mientras que los personajes masculinos tiene una clara tendencia hacia lo autoaniquilante, los femeninos se muestran estoicos y resilientes, asociados a la parte racional y pragmática.