Atención

Búsqueda avanzada
Buscar en:   Desde:
La expresión como construcción social y cultural: una reflexión sobre la batalla cultural del lenguaje
Mariana Olmedo - UNSAM.
III Congreso Internacional de Ciencias Humanas. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2024.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/esz9/g1D
Resumen
La expresión como construcción social y cultural: una reflexión sobre la batalla cultural del lenguaje ¿Cómo el debate sobre el lenguaje inclusivo refleja las tensiones entre el poder, la identidad cultural y la justicia social? Propongo ir un poco más atrás de la discusión si decir presidente o presidenta, todes o todos. La discusión sobre el uso del lenguaje inclusivo es un disparador para visibilizar la tensión cultural y política, en un debate en torno a la construcción social desafiando estructuras del discurso de alta rotación del poder, bajo la defensa de los "puristas". Además, este enfoque permite indagar cómo el relato de los medios y la discusión virtual sobre el lenguaje inclusivo no se limitan a un fenómeno solo lingüístico, sino que representan un reflejo de las dinámicas más amplias de colonialismos y resistencias. Palabras clave: Lenguaje inclusivo; expresiones, batalla cultural; diversidad lingüística; identidad colectiva; poder lingüístico. En la región donde habito, muchas personas de las que somos descendientes de inmigrantes paraguayos, no heredamos la lengua nativa, en mi caso el guaraní, porque se consideraba que debía dejarse de usar con los "nuevos miembros de la familia" en el caso de mi familia al cruzar la frontera. Hablar guaraní, especialmente en su forma mixta conocida como “jopara”, se percibía como un obstáculo para "hablar bien". Pero, ¿qué significa hablar bien y qué implica hablar mal? Por ejemplo, el guaraní, una de las lenguas indígenas más difundidas en Sudamérica, que resistió siglos de dominación lingüística, primero por el español durante la colonización y luego por el inglés en la era de la globalización, de alguna manera fue perdiendo fuerza entre los descendientes. No existía una prohibición estatal o legal; la presión fue, y sigue siendo, principalmente de carácter cultural. Afuera fotosíntesis y abajo la raíz empoderandose con diversos nutrientes. Habiendo hecho esta analogía, me refiero a que la construcción sobre nuestro desarrollo del lenguaje, de la expresión está en constante intervención, y hay una base que es el contexto y lenguaje madre como raíz. No importa cuál sea esa ampliación de comunicación a través del lenguaje se diera hay democratización cuando se amplían, el punto de discusión es cuando se limita, no cuando se amplía. Habiendo traído esta situación, el siguiente paso es pensar que estas expresiones tienen reglas, más allá de las formas, que se activan cuando una persona, representante de los puristas, defienden la integridad del idioma en su forma considerada tradicional desde la perspectiva académica, argumentando que debe ser preservado y protegido de cambios que consideran innecesarios. -David Galeano Olivera-, doctor en guaraní, en un video relataba como el guaraní sigue aun con todas las resistencias que atravesó y sigue atravesando, aunque por alguna buena razón, después que un país europeo hubiera impuesto su manera correcta de hablar, hoy la lengua se enseña en diferentes partes del mundo. Entonces si hablamos de resistencias en las formas que comunidades nativas y contemporáneas encuentran en la diversidad la comunicación, así hablemos del inclusivo o jopará, es nuestra elección política ante el mundo que queremos relatar. En el contexto digital, por partida doble los usuarios en diferentes plataformas se expresan en favor de la resistencia al lenguaje inclusivo, como también estamos quienes gracias a una gran movida de otras personas que nos antecedieron, acá en Latinoamérica empezó a girar la pregunta ¿por qué el género masculino es el elegido para representar a los demás géneros? Quizás para muchas de las personas que están acá es una pregunta básica, pero no en todo el territorio argentino pasa como algo reflexionado. Esta inquietud en particular se suma a unas cuantas que tenía anteriormente en torno a la lingüística, hablo sobre la expresión cotidiana, cuestionada por reglas en ciertos momentos, este cuestionamiento antes del lenguaje inclusivo. La herencia del guaraní y la construcción de la mirada colectiva a partir del uso del lenguaje inclusivo son batallas culturales que frecuentan el territorio donde habito… De acuerdo con la revista de estudios lingüísticos Ethnologue, son alrededor de 7,000 idiomas los que se distribuyen entre los 195 países del planeta. A pesar de que muchas instituciones se han encargado de hacer un registro lingüístico, hay lugares del mundo que probablemente albergan lenguas desconocidas. Por otro lado, la pérdida de idiomas avanza a pasos agigantados y, seguramente, habrá algunos que desaparezcan antes de poder ser registrados. Según datos de la UNESCO, una lengua desaparece cada dos semanas. A ese ritmo, se estima que 3,000 de ellas se extinguirán antes de que acabe la década. Soy de la generación de nietes que no aprendió el idioma de sus ancestros escuchando, el diálogo se daba bajo el concepto “que los menores no entiendan conversaciones de adultos”. Soy parte de una generación que se permite cuestionar hegemonías del lenguaje para poner en el eje la inclusión, ampliando nuevas formas de expresión pero al mismo tiempo también se perdió la lengua materna. No soy habilidosa con adquirir otras lenguas pero de un chiste en guaraní aunque no lo entienda me río igual. La discusión por sí sola es enriquecedora, es necesario que aunque sea a modo de burla se estén generando debates para al menos ser parte del inconsciente colectivo que hay hegemonias y resistencias. Las lenguas no son entes ajenos a la vida humana. Como todo lo que proviene de nuestra especie, los idiomas están atravesados por la sociedad y por la cultura. En el caso de las lenguas, son las hegemónicas las que van apropiándose de los espacios de otras reduciéndolas y hasta desapareciéndolas. Es esta exposición una propuesta de mirar desde la historia de vida la conformación social de nuestras comunidades construidas por resistencias y dominios de expresiones. Un “mal hablado formoseño” escuche que dijeron, criticaron una vez al gobernador de mi provincia, es también hijo de hablantes en guaraní, de una región donde la comunicación más temprana materna es en este idioma, la convivencia de los idiomas mezclados hacen que los enunciados tengan descolocados los conectores. La Real Academia Española (RAE) como fuente principal recurrente de respaldo para quienes rechazan el uso del lenguaje inclusivo, sosteniendo que el español ya posee mecanismos gramaticales que abogan por la neutralidad. Sin embargo, esta perspectiva ignora la diversidad cultural y el dinamismo en las expresiones. El lenguaje, según Michel Foucault, no es solo un medio de representación, sino también un espacio en el que se configuran y se reflejan las relaciones de poder​. La necesidad de poner fin a estos modos empiezan en la hinchada popular y se ajustan a través de representantes, en este sentido, prohibir el lenguaje inclusivo en la administración pública por parte del presidente Javier Milei. Un modo más “legal” de controlar no solo el lenguaje, sino también las identidades y los significados que este lenguaje vehicula. Este control del lenguaje es una forma de imponer una visión del mundo, un "orden de las cosas", que busca mantener el status quo y resistir los cambios que amenazan las estructuras de poder establecidas​. Las nuevas y viejas formas formas de expresión desafían las normas lingüísticas hegemónicas, el lenguaje inclusivo pone en cuestión las jerarquías y las estructuras de poder que estas normas sostienen. Desde la perspectiva de Foucault, este tipo de resistencia lingüística puede ser visto como parte de una "arqueología de las ciencias humanas", donde el lenguaje se convierte en un campo de lucha en el que se disputan y negocian significados y valores​. Entonces, en la región donde vivo, noreste argentino, tanto el guaraní como actualmente el lenguaje inclusivo representan formas de resistencia cultural frente a las estructuras de poder establecidas, una es una lengua ancestral, la otra un lenguaje en proceso de constante cambio integrador de identidades. La batalla por su aceptación y uso no es solo lingüística, sino también política y cultural. La coexistencia de diferentes formas de expresión, como el guaraní y el español en Paraguay, o el lenguaje inclusivo y el español en Argentina, revela las tensiones inherentes en la lucha por una identidad más inclusiva y equitativa. Ferdinand de Saussure, en su obra sobre lingüística, destacó la importancia de entender el lenguaje como un sistema en constante cambio, donde cada palabra y cada estructura gramatical refleja una realidad social y cultural particular​. Aplicando esta perspectiva, podemos comprender mejor cómo las lenguas indígenas, entre ellos el guaraní, no solo son herramientas de comunicación, sino también de construcción y defensa de una identidad colectiva. Estos son algunos de los correctivos culturales que se manifiestan en el diálogo cotidiano, un reflejo de la hegemonía del poder que se convierte en una lucha, pero tiene sentido cuando nos apropiamos, cuando la discusión se da desde el “me siento parte”, o el respeto real de defender la otredad sin necesidad de ser un hablante del lenguaje. Reconocer y valorar la diversidad lingüística es esencial para avanzar hacia una sociedad más equitativa y respetuosa de la identidad y la historia de todos sus miembros. La paz y la guerra inician en una expresión, darle poder a la palabra es un debate necesario.
Texto completo
Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Para ver una copia de esta licencia, visite https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.es.