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Régimen digital y Estado de excepción: geopolítica de la IA y neomedievalismo
Girardi, Enzo - Centro de Estudios Latinoamericanos (CEL-UNSAM).
Girardi, Enzo.
III Congreso Internacional de Ciencias Humanas. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2024.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/esz9/7Ve
Resumen
La inteligencia artificial (IA) profundiza tendencias y genera rupturas en las dinámicas globales de poder del siglo XXI, en un contexto en el que la extendida digitalización de la vida crea un tipo de sociabilidad en redes mediada por algoritmos, la sociabilidad digital, que impone sus propias referencias políticas y culturales. La innovación a través de tecnologías basadas en la gestión de datos, agenciada por un reducido grupo de grandes corporaciones, está cambiando la geopolítica global porque implica nuevas y poderosas capacidades para crear, decidir, influir y comunicar. Esto le permite a los Estados que desarrollan estos recursos reescribir su vínculo con otros Estados, con los mercados y con los ciudadanos. En este contexto, la IA es el vector que orienta la disputa por la hegemonía geopolítica en virtud del alcance, escala y complejidad de sus efectos. Las herramientas que pone en juego el régimen digital operan sobre la subjetividad de las personas con fines de predicción y vigilancia, estableciendo una inteligencia tecnocrática que abre las puertas a mecanismos de control y disciplinamiento social inéditos. Emerge una gubernamentalidad algorítmica que, por su impacto sobre los fundamentos mismos de la condición humana, habilita un Estado de excepción permanente que representa la consumación de un orden neoautoritario como nueva normalidad social. La posibilidad de manipular emociones y comportamientos a través de unos mecanismos que extienden a la totalidad de lo social la mediación algorítmica implica la opción de influir con una eficacia sin precedentes sobre el acto de pensar individual y libremente, instancia germinal de la acción política. La clausura de lo político implica la imposibilidad de elaborar lo común, de crear comunidad. La conectividad en red ad infinitum facilita y optimiza operaciones de acción psicológica, propaganda, influencia y desinformación que polarizan a la sociedad y debilitan el pacto social. La imposibilidad de elaborar lo común, de crear comunidad, corroe los fundamentos mismos del Estado-nación. La expansión del paradigma Silicon Valley reseña la emergencia de un orden corporativo que se vuelve hegemónico. El régimen digital se articula en un horizonte en el que el capital, la cultura, la tecnología y la política se mezclan, interaccionan, más allá del poder de organización de los Estados-nación. La crisis del viejo orden estado-céntrico descompone la vigencia metafísica de un mundo de esencias estables a medida que recrea un extendido sentimiento de precariedad e incertidumbre, que alumbra los trazos de una dinámica de medievalización (neomedievalismo) en la geopolítica global a medida que el poder corporativo coloniza el Estado, se fragmentan las sociedades (erosión del espíritu nacional) y profundizan los desequilibrios económicos (se arraiga la desigualdad, se estanca la movilidad social y se consolida la economía ilegal-criminal). En ese contexto, la irreversible informalización-automatización de la guerra (algoritmos para la toma de decisiones en el campo de batalla, armas inteligentes autónomas, soldados profesionales complementados por contratistas y mercenarios) subraya la influencia actores privados en la gestión de la seguridad y defensa, acentuando la progresiva disolución de la centralidad estratégica de los Estados.
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