Hoy en día se ha vuelto un tema de interés público hablar de una crisis civilizatoria, atribuida al despliegue de los principios de la modernidad. Se argumenta que nuestro modelo de desarrollo, caracterizado por las ideas de la democracia y el desarrollo de la técnica contemporánea, ha puesto en cuestión las bases mismas de la supervivencia humana y ecológica. En este contexto, una idea que ha ido ganando terreno es la necesidad de rescatar cosmovisiones silenciadas, y de explorar “otras lógicas” que podrían ofrecer soluciones a los desafíos planteados y nuevos horizontes ético-normativos; ejemplos notables incluyen el concepto de “buen vivir” y la noción de “transmodernidad” propuesta por el filósofo Dussel. El pensamiento decolonial emerge como un actor relevante en este debate. Lo que se propone es analizar sus propuestas a la luz de una tradición de discusión cuyos nudos problemáticos han versado sobre la búsqueda de autenticidad, la crítica al eurocentrismo y el anhelo de desprenderse de la racionalidad moderna.