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Estrategias comunitarias en los procesos de urbanización en áreas de degradación ambiental
Eduardo Francisco Verón - CONICET-LICH-UNSAM.
III Congreso Internacional de Ciencias Humanas. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2024.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/esz9/vUk
Resumen
Introducción La población que vive en áreas urbana ha aumentado constantemente (ver imagen 1) desde el siglo XVIII principalmente impulsada por el proceso de industrialización que se originó en Inglaterra (Hobsbawm, 1997) y marcó cierta fisonomía de los espacios en los que viviendas se aglutinaron de manera contigua, concentrándose cercanas a industrias y talleres. Adicionalmente, los gobiernos han emplazado edificios de la administración pública (Castells, 2017; Lefebvre, 2017), globalizándose un tipo de ordenamiento territorial (Sassen, 2007). Desde entonces, la población urbana comenzó a crecer pasando del 2% mundial a principios del siglo XIX (Gutiérrez Hurtado, 2010) al 10% a principios del siglo XX y al 50% en los primeros años del siglo XXI (Burdett y Sudjic, 2006; Banco Mundial, 2022). Imagen 1. Crecimiento de población urbana a nivel mundial (1960-2022). Fuente: Banco Mundial (2022). Actualmente, el 56% de la población mundial vive en áreas urbanas (ver imagen 2), mientras que el promedio es bastante mayor en América Latina, con el 82% y Argentina supera ese porcentaje alcanzando el 92% (Banco Mundial, 2022). Imagen 2. Porcentajes de población urbana en el mundo. Fuente: ONU (2018) Brenner y Schmid (2016) plantean que estamos en la “era urbana”, dado que más de la mitad de la población del planeta vive en áreas urbanas y se prevé que aumente. Algunos estudios pronostican al 68% para el año 2050 (Chant y Mcilwaine, 2016; Naciones Unidas, 2019), otros, incluso, prevén el alcance del 75% de la población urbana para mitad del actual milenio (Burdett et al., 2011). Rostow (1990), uno de los mayores teóricos sobre la ecuación industrialización- urbanización-desarrollo observó que hasta mitad de la década de 1960 varios países de la región habían iniciado el despegue hacia el desarrollo ya que habían asentado industrias en sus territorios, tecnificado sus aparatos agrarios e industriales y destinado más del 25% del Producto Bruto Interno a inversión (Rostow, 1990; Almandoz, 2008). Resultado de este proceso, la población acentuó su concentración en áreas metropolitanas duplicando los niveles de urbanización en comparación con la participación industrial en las economías de Argentina, Venezuela, Colombia y Brasil (Harris, 1971), produciendo de este modo los importantes problemas en torno al desempleo. Para finales de la década de 1960, la industrialización no había logrado consolidarse ni diversificarse. La combinación de las masivas migraciones de las áreas rurales hacía áreas metropolitanas, el estancamiento de las incipientes industrias y la crisis del fordismo resultó en la formación de barrios en baldíos, periferias inhabitadas e inhabitables y asentamientos irregulares con carencias y precariedades de servicios básicos (Clichevsky, 1990; Almandoz, 2008; Curutchet et al., 2012; Grinberg, 2020). Contexto histórico de la formación de los barrios en la Cuenca Media del Río Reconquista. Hasta el siglo XIX el área cercana al río estuvo poco poblado, eran tierras de chacras de pocas familias, alrededor de una decena según un censo en 1815 (Massa, 1994; Grinberg, 2020; Rey, 2024). El poco poblamiento del área se debía a varios motivos: grandes dimensiones de tierras pertenecían a pocas familias, había poca población en la RMBA hasta entonces siendo la concentración en el centro (y estos espacios eran periféricos) y la característica de área inundable no la hacía atractiva para la residencia (Giorno y Dadon, 2016). Durante la década de 1930 y 1940 se produjeron algunos fenómenos claves para el poblamiento de la incipiente localidad. Durante la década de 1930 comenzó a lotearse las tierras de las cercanías a la arenera con el nombre de Compañía de tierras Bella Vista. Asimismo, en mayo de 1932 llega el ferrocarril a la estación que hoy lleva el nombre de José León Suárez pero que en aquello años se llamaba kilómetro 24. En 1940 es cuando se oficializa el nombre de José León Suárez a este pueblo, a pedido del Instituto Ibero-Americano (Massa, 1994). Con la llegada del ferrocarril, con la venta de tierras por lotes y la instalación de industrias en el área Reconquista del partido de General San Martín comenzó a poblarse de manera lenta pero firme. En los años que le siguieron se constituyó la primera escuela que llevó el número 44, la iglesia Inmaculada Concepción, clubes, asociaciones, bibliotecas. Así, la localidad de José León Suárez del partido de General San Martín estuvo en sintonía con la política nacional de industrialización por sustitución de importaciones, durante las décadas de 1940 y 1950 con la instalación frigoríficos, caleras, ladrilleras y fábricas de botones, entre otras (Rey, 2024) en esta localidad produjo un contundente proceso de migración hacía estas tierras, en línea con lo que ocurrió en general en el país: proceso de migración de áreas rurales a urbanas por el cambio de programa económico (Elizaga, 1970; Devoto, 2002) Los primeros lugares en habitarse fueron los más cercanos a la estación de tren que coincidentemente también estaba cercano a las industrias. En ese contexto de industrialización del país en general, y en José León Suárez en particular, comenzó el proceso de urbanización planificado por el Estado para uno de los barrios: Lanzone. A las pocas décadas, para 1970, la cantidad de población que llegaba a esta área fue ubicándose en las cercanías de estos primeros barrios urbanizados de José León Suárez. Aunque estos procesos ya se tornaron más desordenados, ya sin guía de planes urbanísticos. Así, los migrantes que llegaban fueron ocupando tierras cada vez más cercanas al río Reconquista (que eran baldías por la característica de inundables) como el barrio Carcova. Ante esta ampliación de la manchar urbana, el gobierno militar decidió construir un cinturón ecológico para tratar los residuos de la RMBA y un anillo de autopistas que bordeara el río para evitar el avance de los asentamientos (Carré y Fernández, 2013; Fernández, 2020). Así se crea la Coordinadora Ecológica del Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) y la autopista del camino Buen Ayre que efectivamente delimitaron el avance de los asentamientos (Ver imagen 3). Imagen 3. Autopista Buen Ayre separación entre barrios populares y el relleno sanitario de CEAMSE. Fuente: Área-FADU UBA Estrategias comunitarias desplegadas por los habitantes en los procesos de urbanización en los márgenes de la Cuenca Media del Río Reconquista. Los relatos de llegadas a los barrios son tan diversos como familias entrevistadas, no obstante, entre las decenas de entrevistas realizadas a vecinos/as que se instalaron en los barrios de la Cuenca Media del Río Reconquista en el partido de San Martín, se encuentran algunas regularidades según el barrio. Los barrios que se asentaron en la zona tienen distintas trayectorias, momentos de ocupación y formas organizativas en que ocuparon el espacio. En algunos casos, las familias llegaron de modo organizado, en otros casos, los habitantes llegaron de manera no organizada y se ubicaban en los lugares que querían/podían. El patrón común que encontramos en todos los casos es la organización de los habitantes para el acceso a servicios y/o el mejoramiento del hábitat. En los barrios del Reconquista se requirió desde su formación los servicios básicos como luz, agua, desagües, pavimentación y recolección de residuos entre los primordiales. Las entrevistas realizadas a los primeros llegados dan cuenta que el acceso a los bienes y servicios urbanos requirió de la conformación de canales para la obtención. Los habitantes del barrio Lanzone, conformado en la década de 1970, describieron que la pavimentación y la conexión de agua se consiguió por medio de sociedades de fomento del barrio que juntaban pedido de los vecinos para luego ser llevado a funcionarios municipales (ver imagen 4). Imagen 4. Pedido realizado desde una sociedad de fomento del barrio Lanzone a la municipalidad. En el caso de Carcova, las organizaciones sociales tomaron relevancia como canal de demanda luego de la década del 2000, antes de ese momento el acceso a servicios estuvo muy ligado a la autogestión. En buena parte la diferenciación con el barrio Lanzone puede pensarse por la distinción en torno a la forma de acceso a la tierra. El caso del barrio Carcova es un caso de toma informal, en cambio el barrio Lanzone fue un loteo realizado desde el estado municipal. El barrio 8 de Mayo es uno de esos casos en el que se destaca fuertemente las estrategias comunitarias desde la toma de las tierras, pasando por los primeros procesos de urbanización realizado por los vecinos hasta la actualidad en la que las organizaciones comunitarias co-gestionan con el estado la regularización del barrio. La organización del barrio permitió que rápidamente se trazaras los limites de los terrenos, se demarcaran las calles, se organizara una comisión directiva del barrio conformada por un delegado/a por manzana, se proyectaran las acciones para conseguir los servicios básicos y se planificara la forestación y el rellenado de una tosquera cercana al barrio (Ver figura 5) (Heyaea, 2007).
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