La historia extractivista de América Latina y el Caribe, con sus orígenes en la colonización europea, ha implicado una serie de problemas ambientales entre los cuales se encuentran aquellos dados por la deforestación y degradación de los bosques. Estas problemáticas forestales han devenido objeto de análisis y/o intervención para la ecología y otras áreas de la biología, así como también para distintas disciplinas de las humanidades. En el plano internacional, varios organismos intergubernamentales (OI) del Sistema de Naciones Unidas –como el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP)– junto a otros OI asociados –como la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES)– se han ocupado de dichas problemáticas. Estas instituciones se dirigen a las y los decisores de políticas públicas ambientales a través de sus informes y evaluaciones, donde no solo recopilan conocimientos y métodos existentes, sino que también producen otros nuevos. Así, han desarrollado su propio enfoque dirigido al abordaje de problemáticas ambientales, centrado en los conceptos de “drivers” –los factores que causan cambios en los ecosistemas– y de “servicios ecosistémicos” –los beneficios que las personas obtienen de los ecosistemas–. Particularmente, el Programa de Colaboración de las Naciones Unidas para la Reducción de las Emisiones de la Deforestación y la Degradación de los Bosques en los Países en Desarrollo (Programa ONU-REDD), constituye un caso paradigmático donde se pone en juego dicho enfoque. A la vez, este programa financia a “países en desarrollo” siempre y cuando elaboren políticas forestales nacionales que implementen su abordaje. Así las cosas, el objetivo de esta ponencia consiste en analizar críticamente la construcción de las problemáticas forestales mediante el enfoque de los OI en el Programa ONU-REDD, para luego dilucidar el modo en que este último influencia las principales políticas forestales latinoamericanas y caribeñas. En primer lugar, nuestro análisis apunta a visibilizar que dicho enfoque se construye sobre conocimientos tanto ecológicos como de las humanidades, aunque los recupera de una manera empobrecida. Al respecto, los bosques son concebidos como meros proveedores de servicios ecosistémicos para los seres humanos –fundamentalmente la captura de gases de efecto invernadero de la atmósfera–, mientras que las problemáticas forestales se presentan en términos de unos pocos drivers –estipulados por los OI– que afectan dichos servicios. En segunda instancia, con el caso del Programa ONU-REDD, buscaremos evidenciar que el enfoque de los OI influye directamente sobre la caracterización y el abordaje de problemáticas forestales en la mayoría de las políticas públicas de la región. A cada país que recibe su financiamiento, este programa de la ONU demanda la elaboración e implementación de una estrategia nacional REDD, que conlleva la adopción de su enfoque. Por último, observamos que dicha influencia epistémica se replica de manera relativamente homogénea a lo largo de la región latinoamericana y caribeña. De esta manera, las lecturas decoloniales de las problemáticas forestales ofrecen una posibilidad imprescindible para el análisis de la homogeneización epistémica mencionada, en la medida que visibilizan ciertos aspectos geopolíticos y económicos que suelen ser omitidos.