El dengue, según la definición biomédica, es una infección viral transmitida por las hembras de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus. Desde finales de la década del 90, su incidencia y gravedad en Latinoamérica y el Caribe comenzó a aumentar. En consonancia, Argentina presentó un crecimiento en la cantidad de casos, defunciones, extensión y frecuencia de las epidemias, cuyas mayores dimensiones se alcanzaron en el año actual, 2024. De esta forma, el dengue se constituye como un problema de salud pública en ascenso, con dificultades para ser prevenido y controlado. Históricamente, los intentos de prevención y control de la enfermedad han quedado vinculados a las intervenciones sobre su vector, una especie de mosquito fuertemente asociada al ambiente urbano. Es decir, algunos autores caracterizan al dengue como un problema que emerge por la proliferación de potenciales criaderos de Aedes en la ciudad. Por esta razón, el dengue es reconocido también como una problemática de salud ambiental. En este contexto surge la pregunta acerca de cuáles son las posibles razones para que falle el control y la prevención del dengue. En tanto dicha pregunta implica examinar la salud pública, la epidemiología emerge como disciplina privilegiada para definir estudios e intervenciones sanitarias a nivel poblacional. De esta forma, sostenemos que analizar la matriz epistemológica de esta disciplina resulta un proyecto de investigación relevante para indagar en las fallas en el control del dengue. Así, a partir del trabajo etnográfico realizado en dos municipios del conurbano bonaerense, el presente estudio se propone analizar los sentidos que les agentes de salud y ciudadanes le otorgan al dengue y a su control a la luz de la categoría de espacio que está en tensión entre las epidemiologías dominante y alternativa. La epidemiología dominante está ligada a características del modelo médico hegemónico, con énfasis en las características biológicas y en los hábitos personales de quienes sufren los problemas de salud. Y, por otro lado, la epidemiología alternativa tiene como preocupación entender cómo los procesos sociales, políticos y económicos pueden explicar el surgimiento de las enfermedades en las poblaciones, así como también atender las diferencias sanitarias que se expresan en estas últimas. La pretensión en este trabajo, entonces, es observar cómo en las voces de quienes viven y gestionan el dengue conviven dos formas diferentes de considerar el espacio. Desde los roles institucionales, y de acuerdo con la epidemiología dominante, se reproduce una mirada del espacio como área física, como receptáculo natural que permite el contacto de las personas con los posibles agentes etiológicos. Por el contrario, desde la epidemiología alternativa, el espacio es pensado como territorio, como producto de la relación entre la materialidad de los objetos vinculados entre sí y todo lo que los crea, significa y transforma. Al respecto, identificamos que dicha valoración del espacio se encuentra en mayor sintonía con las limitaciones que observan les actores respecto del control de la enfermedad.