En este trabajo nos proponemos esbozar algunas ideas que surgen de una experiencia de trabajo docente en la Universidad Nacional de Tierra del Fuego AIAS, que se viene desarrollando desde hace 6 años y que configura una forma de organización interna y desde la práctica. Desde la creación de la carrera de Licenciatura en Gestión Educativa, ciclo de complementación curricular destinado a docentes, los Talleres de Metodología de la Investigación e Intervención Educativas I y II (Taller 1 y Taller 2) y el Taller de Trabajo Final, estuvieron a cargo de equipos (inter)disciplinares con perfiles formativos específicos: un docente especializado en la metodología y un docente especializado en el área de Letras, en enseñanza de la escritura académica. Esta combinación no es azarosa sino que está en estrecha relación con un posicionamiento epistémico político respecto a la enseñanza de la investigación y el lugar de la escritura en la construcción de conocimiento. La propuesta de los talleres parte de la premisa de que el oficio de investigar se aprende investigando y que como práctica social se encuentra fuertemente atravesado por el lenguaje, por lo que la enseñanza de la investigación se promueve aquí en y desde las prácticas de lectura y escritura propias de la comunidad de prácticas. Esta construcción encuentra un anclaje en el diseño del plan de estudios de la carrera que propone este trayecto en el que lxs estudiantes se enfrentan con la construcción de su trabajo final en tres momentos de escritura y formalización: proyecto de investigación; escritura de comunicación intermedia, resumen ampliado; artículo de investigación y memoria de investigación como trabajo final. En un escrito anterior nos habíamos enfocado en las tensiones que emergen de la enseñanza en este marco (Urdapilleta y De Marziani, 2022); aquí, nos interesa profundizar en algunas virtudes y preocupaciones que encontramos en cuanto a las tareas de codocencia. Si bien compartimos que la docencia universitaria es una actividad colectiva y que las cátedras habilitan la conformación de grupos de docentes que asumen funciones y tareas de acuerdo con su cargo (Monetti, 2020), la lógica de la construcción de equipos en función de perfiles formativos interrumpe la estructura de la cátedra en tanto posibilita la construcción de un dispositivo que institucionaliza y curriculariza la tarea de enseñar a leer y escribir en el ámbito académico en una disciplina (Natale, 2020) a partir de un trabajo colaborativo, algo más horizontal. Como contracara de esto, podemos distinguir que en los primeros dos espacios la mirada está puesta sobre el saber metodológico, por lo que las relaciones jerárquicas se establecen vinculadas al saber desde la Sociología y/o Ciencias Sociales hacia el perfil de Letras; en TTF esas jerarquías se invierten. Esto nos pone en alerta al respecto de la continuidad del trabajo al interior de los equipos en tanto la promoción de la carrera docente, la distribución de responsabilidades en relación a la tarea docente y la validación de los aprendizajes compartidos en tanto la inter y transdisciplinariedad emergentes en ese proceso.