A fines de los 80 en el marco de la reapertura democrática durante el gobierno de Antonio Cafiero se crea en la provincia de Buenos Aires el Programa Centros Educativos para la Producción Total (CEPT) Constituyéndose así en la primera experiencia basada en la Pedagogía de la Alternancia de carácter público y cogestivo. La institucionalidad del Programa CEPT está comprendida hoy por 35 Asociación Centro Educativo para la Producción Total (ACEPTs), 35 CEPTs, un Instituto Superior Técnico para la Producción Total y un Centro de Formación Laboral; con presencia en 99 distritos del interior de la provincia de Buenos Aires. En el año 1992 se crea la Federación de Asociaciones de Centros Educativos para la Producción Total (FACEPT), organización de segundo grado que nuclea y representa las ACEPTs. y cogestiona con el Estado provincial. En los documentos fundacionales, así como también en la letra del Programa CEPT, se define a los C.E.P.Ts, como iniciativas de la comunidad que a través de la acción organizada dan respuestas a las propias necesidades y prioridades vinculándose en forma cogestiva con instancias gubernamentales municipales y/o provinciales. Institucionalmente constituyen centros estatales públicos que funcionan cogestivamente entre la Dirección General de Cultura y Educación y ACEPT, organización de primer grado de la comunidad local con reconocimiento jurídico provincial en cada territorio y a nivel provincial con la FACEP Lo potente en esta política pública es su carácter cogestivo, que se expresa en la toma de decisiones conjuntas entre las FACEPT y la burocracia estatal, abarcando todos los aspectos referente al proceso pedagógico. Señalamos que en sus inicios se vincula con la Dirección General de Cultura y Educación, y en el trabajo en torno del arraigo se amplió hacia otros ministerios y/o dependencia del Estado. La cogestión, para su implementación exige la participación organizada de sus protagonistas, en este caso, se refiere a la organización de la comunidad rural. En este sentido, en la experiencia CEPT reconocemos la importancia de la comunidad organizada en la construcción de política pública en el territorio en la línea de los aportes de la concepción de las nuevas estatalidades, que habiliten el ensayo de nuevas formas de presencia del Estado en el territorio, en el marco de una política pública situada. De modo tal, se torna fundamental reflexionar o profundizar acerca de la autonomía relativa de las organizaciones que se pone en juego para sostener la potencia de este tipo de política pública. Esta mirada que revaloriza la participación social de la comunidad a través de sus organizaciones, plantea el desafío y la discusión hacia un horizonte de democracias más participativas. Así como también abre la discusión acerca de la concepción de arraigo y sus diversas formas que es contemplado en la construcción cogestiva de la política pública.