La unidad curricular “Prácticas de enseñanza y análisis de las propias prácticas”, del Profesorado Universitario, parte de la premisa de considerar el aula como un ámbito de reflexión y acción, teorizando acerca de la práctica y poniendo en juicio analítico la teoría. El trabajo de campo en esta unidad curricular se organiza en un Instituto de Educación Media o un Instituto de Educación Superior de Formación Docente. En él, cada estudiante se inserta en una unidad curricular a los fines de desarrollar sus intervenciones de enseñanza. La misma puede ser aquella que han observado en: “Observación y análisis de las prácticas de enseñanza” (unidad curricular que se cursa también como parte del plan de estudios del Profesorado). El/la estudiante, en calidad de docente practicante, debe llevar a cabo 3 clases presenciales y 3 clases virtuales, para la misma unidad curricular donde realiza sus prácticas. Esto hace que la formación, que se desarrolla en su totalidad a distancia, tenga a su vez un componente de presencialidad que genera en su punto final la incorporación de la hibridez en las prácticas de enseñanza y de aprendizaje. En esta instancia curricular, como herramienta de reflexión, se propone a los/as estudiantes la escritura de un diario que propicie la desnaturalización de supuestos subyacentes que acompañen la reflexión sobre las propias prácticas de enseñanza. Esta experiencia resulta sumamente interesante y significativa ya que se gestó en la Escuela de Humanidades y en el año 2023 tuvo su primera cohorte de egresados/as. Se trata de una experiencia modelo en la Escuela por tratarse de una carrera 100% virtual, pero con prácticas en presencialidad, en la que participan estudiantes de todo el país y en donde el aula virtual ocupa un lugar central para la enseñanza. A través de la lectura de los diarios, y de la reflexión conjunta, arribamos al presente escrito donde narramos las características de esta experiencia, los desafíos que llevaron a su estructuración, los propósitos de la misma, y nos preguntamos ¿Qué rol juegan las tecnologías en esta experiencia? ¿Cómo podemos generar prácticas docentes reflexivas a distancia?