Sobre la investigación colaborativa, en el campo de la Educación Matemática, se ha reconocido progresivamente la complejidad de las prácticas de enseñanza a partir de considerar explícitamente el trabajo real del docente y de cuestionar la transparencia de la relación entre modelos pedagógicos y enseñanza. Como una expresión de este giro, se ha consolidado una perspectiva conocida como investigación colaborativa, basada en una serie de supuestos epistemológicos y apuestas ético-políticas (para nuestro trabajo son referencias centrales las producciones de Sadovsky et al., 2015, 2016; Delprato, 2013; Sessa, 2019; Bednarz, 2013, entre otros). Desde nuestra mirada, la colaboración refiere al proceso de elaboración de ideas producido por los intercambios de un colectivo de investigadores y profesores reunidos para analizar conjuntamente dificultades del oficio de enseñar. En este proceso se integra el saber docente en vistas a conformar conocimientos didácticos ajustados a la complejidad de las condiciones institucionales en las que las prácticas de enseñanza se desarrollan. Este reconocimiento de la mirada de los profesores para comprender y transformar los fenómenos de enseñanza inscribe esta perspectiva en un horizonte de potencialidades emancipatorias del trabajo docente, en tanto supera una división tradicional de trabajo basada en las separaciones entre teoría-práctica y medios-fines. La perspectiva colaborativa establece un encuentro entre preocupaciones del “mundo de la investigación” y del “mundo de la práctica”; es decir, la delimitación y eventual transformación de los asuntos que se establecen como organizadores de las interacciones son objeto de negociación entre sujetos con posiciones diferentes. Subyace a esta perspectiva un reconocimiento de la capacidad del colectivo de profesores para instalar una agenda de intercambio en torno a las preocupaciones reales de su trabajo, y no solo en torno a una agenda externa. En esta comunicación presentaremos una aproximación interpretativa sobre el devenir del proceso de conformación de un marco de análisis de la enseñanza en un grupo de trabajo colaborativo formado entre investigadores en didáctica y profesores de matemática que trabajan en la formación inicial de maestros de educación primaria. En particular, compartiremos una descripción de dos momentos del proceso de conformación del colectivo: la identificación en los primeros encuentros de una dificultad del oficio de formador de maestros y el cambio de posición habilitado por la producción colectiva de un texto. Primeros encuentros: desajuste entre expectativas y prácticas de enseñanza en las residencias en escuelas primarias En los encuentros iniciales, los formadores expresaron su preocupación sobre las limitaciones de algunos estudiantes para planificar y desarrollar prácticas docentes en aulas de primaria en el espacio curricular Práctica Docente IV, tomando como referencia los aportes y perspectivas transmitidas en clases de matemática. La mirada de los formadores cuestionaba las decisiones que toman estos estudiantes en posición de docentes de primaria, en relación con distintas cuestiones: la selección de contenidos, la construcción de una secuencia, las interacciones con la producción de los alumnos, entre otros. En general, los formadores cuestionaban la falta de integración de conceptos didácticos en la planificación y gestión de clases. Esta mirada se sintetizaba en la queja de que los estudiantes “no ponen en juego el enfoque” estudiado en la formación docente inicial. Lo que se evidenciaba en la palabra de los formadores era cierta sorpresa, producto de un desajuste entre lo que ellos proponen para trabajar en los espacios de la formación y lo que los estudiantes se apropian para poner en juego en sus propias prácticas de enseñanza. Esta cuestión provocaba malestar, incertidumbre y, en cierto sentido, frustración. Poner palabras a esas sensaciones habilitó, progresivamente y no sin dificultades, cierto proceso de transformación de la discusión sobre las decisiones tomadas como formadores y el esbozo de estrategias alternativas. Esta primera lectura sobre la formación docente apuntaba a carencias de los futuros maestros, desde el punto de vista de sus formadores. De algún modo, podemos interpretar un primer momento en la construcción de un vínculo de confianza en el grupo (Ponce, 2024) en el cual se habilitó provisoriamente una lectura que responsabilizaba a los estudiantes por las dificultades de la formación, más que en una problematización de la propia práctica docente. A medida que avanzó el incipiente análisis colectivo, empezaron a circular explicaciones sobre estas dificultades. Los formadores planteaban la existencia de “otra matemática” aprendida en la trayectoria de formación en los niveles anteriores, que determina que los estudiantes carguen con “concepciones creadas en formaciones anteriores”. Desde esta lectura, las prácticas de enseñanza de los propios formadores aparecían como impotentes ante el peso de la “biografía escolar”. A su vez, los formadores evaluaban el accionar de los practicantes de una manera en que sus decisiones y su accionar como docentes es puesta en juicio, en tanto no cumplirían con lo transmitido en la formación ni con lo prescripto en regulaciones sobre la enseñanza. ¿Es la teoría didáctica entendida como norma, como prescripción lo que opera en la lectura sobre las prácticas docentes en primaria? En la mirada de los investigadores que coordinan el grupo colaborativo va configurándose una pregunta: ¿cómo avanzar en una problematización colectiva de la enseñanza en la formación docente? La producción de un texto en co-autoría sobre el análisis de un relato de clase en primaria En sucesivos encuentros posteriores, la discusión sobre la relación de los estudiantes con la matemática ayudó a reconfigurar progresivamente la problemática. El intercambio de miradas sobre la actividad matemática de los estudiantes en clase y una incipiente discusión sobre el sentido formativo de la matemática en la escuela primaria nos permitieron empezar a pensar colectivamente sobre el lugar de la formación docente en la construcción de esta relación. En ciertos momentos del proceso grupal, el modo en que se planteaba la discusión debilitaba la posibilidad de problematizar la enseñanza, al alejarse de decisiones concretas que tomaban los formadores. En contraste, destacamos la productividad de los momentos en los que nos abocamos a analizar decisiones efectivamente tomadas en las aulas de la formación para avanzar en discusiones específicas y contextualizadas. Esta dinámica favoreció la posibilidad de traer a la discusión colectiva la mirada de cada integrante del grupo, con el propósito de profundizar la conformación de una mirada compartida. Así, en el encuentro 13, una de las participantes decidió traer a la discusión grupal una experiencia de enseñanza que se basaba en la integración de un relato de un maestro sobre las interacciones sucedidas en una clase de 6º grado a partir de la resolución de un problema (Cárdenas, 2018). La propuesta de la situación de formación implicaba que las estudiantes resolvieran y discutieran el problema matemático y, luego, leyeran y analizaran colectivamente el relato de la clase. De este modo, la formadora probó una alternativa a partir de una hipótesis de trabajo que buscaba tensionar “lo estructuradas” que eran las resoluciones de los estudiantes. A partir del encuentro 16, propusimos profundizar el análisis colectivo de la experiencia de la formadora, que hasta entonces solo había ameritado una primera descripción global. Para ello, propusimos la escritura de un texto por todo el colectivo dirigido a otros formadores de maestros, en vistas de aportar alternativas para la formación. El cambio de posición que supuso la producción de un artículo en co-autoría que recuperara la reflexión didáctica construida en el espacio, permitió que las discusiones se consolidaran. En este proceso logramos poner en diálogo el posicionamiento sobre la enseñanza que se fue construyendo en el grupo con las decisiones situadas que toma el maestro en el relato. Efectivamente, se hizo posible, a través de esta experiencia, interpretar la práctica docente a través de los recursos teóricos disponibles por los distintos integrantes. Recuperamos el devenir de esta producción colaborativa con el fin de profundizar algunas discusiones vigentes en el campo didáctico. Por un lado, tensionamos y revisamos una idea con amplia presencia en el sistema formador: que la teoría tendría la función de ofrecer reglas de acción para la práctica. Pensamos que esta concepción debilita el papel de los entramados conceptuales, ya que de este modo la actividad docente se reduce a aplicar decisiones ajenas, desconociendo el carácter complejo de las prácticas educativas. Por el contrario, desarrollamos una discusión en donde una mirada sostenida por perspectivas teóricas nutrió una interpretación de la experiencia relatada por un maestro. Por otro lado, la discusión permitió entrever una vía potente para la formación: un trabajo en torno a la complejidad de la tarea docente que requiere permanente tomar micro-decisiones en función del objeto de enseñanza, sin dejar de atender a la lectura específica del contexto. De este modo, se tensionaría en la propia formación la manera de concebir la relación teoría-práctica anteriormente cuestionada.