En el presente trabajo se relata la experiencia de la implementación de un Jardín Nativo realizado en el ISFDyT Nº 56 de Gonzalez Catán (Partido de La Matanza). Esta idea se enmarca en la Ley Nacional Nº 27621 de Educación Ambiental Integral, de carácter permanente y transversal en todos los ámbitos, niveles y modalidades del sistema educativo de la República Argentina, y busca satisfacer la necesidad de desarrollar proyectos que nos permitan abordar las problemáticas ambientales en la formación docente inicial con propuestas que sean superadoras del abordaje exclusivamente teórico. Considerando que esto se logra desde una visión participativa, integradora y multifacética que contribuya a la construcción colectiva de un pensamiento complejo sobre el ambiente, entendemos que conocimiento y acción van juntos en la propuesta pedagógica “con fines y logros que han de permitir una vida digna para todos, con la supervivencia de un planeta donde la equidad social y la biodiversidad muestren los límites de lo que podrá o no seguir siendo admisible ecológica y humanamente” (Caride y Meira, 2001). En este sentido, un jardín nativo posee un valor intrínseco indiscutible ya que, al estar las especies nativas adaptadas a las condiciones ambientales locales, se reduce el mantenimiento y el aporte de recursos e insumos externos. Esta acción constituye en sí misma un acto de remediación ambiental inmediato porque la interacción de plantas nativas en ambientes naturales permite el desarrollo y diversificación de todo el ecosistema. Sin embargo, aún priman visiones despectivas sobre los paisajes naturales y se prefieren modelos foráneos y desactualizados (Heiland 2021), por lo que un jardín nativo representa una oportunidad para discutir las visiones hegemónicas referidas a la función de un jardín tradicional y poner en tensión el concepto de belleza ligado al mismo. La propuesta, que está en pleno desarrollo, comienza con la creación de un grupo de trabajo formado por estudiantes de las carreras de ciencias naturales, en especial del profesorado de biología y coordinado por dos profesores de dichas carreras. Dentro del marco ambiental expresado, con este proyecto se persiguen otros propósitos de gran interés vinculados a la formación inicial docente. Es así que se fortalece la dimensión disciplinar de la formación docente al ofrecer situaciones específicas de trabajo a los y las estudiantes para enriquecer sus trayectorias educativas y, en consecuencia, mejorar el nivel de los docentes egresados. Del mismo modo, se ponen en juego competencias propias de la actividad científica en un escenario "vivo", ofreciendo situaciones que, muchas veces, están ausentes en los profesorados. Por último, aunque sin agotar las ventajas de esta iniciativa, podemos mencionar la promoción de la participación ciudadana a través de la acción directa interviniendo espacios reales dentro de las instituciones educativas o la comunidad en general.