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La comunicación visual como instrumento o dispositivo de poder
Diana Varela - Universidad Abierta Interamericana - Facultad de Ciencias de la Comunicación.
XXI° Congreso de la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo. Escuela de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Humanidades (UNSa), Salta, 2019.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/eXqc/OtO
Resumen
Se define al Diseño Gráfico como aquella actividad proyectual cuyo objetivo es dar respuestas comunicativas a algún tipo de conflicto y/o necesidad humana. La sustancia con la que trabaja el diseño está constituida por elementos visuales que deben estructurar un mensaje con valor comunicacional concreto, por ello, se lo considera como equivalente a Diseño en Comunicación Visual. La problemática del diseño gráfico se relaciona, no solo con su identidad como disciplina, sino que se vincula directamente con su lugar dentro de las ciencias de la comunicación. Consideramos pertinente recurrir al análisis de J. L. Piñuel quien se cuestiona sobre el lugar del investigador dentro de las ciencias de la comunicación y sus modos de abordaje. Desde la epistemología científica plantea la disparidad que establece la metodología investigativa según las preposiciones lingüísticas que preceden sus definiciones, es decir, diferencia entre investigar “en” comunicación, investigar “de” comunicación o investigar “sobre” comunicación. Lo más destacable para nosotros es que “Si se habla de la investigación y/o de los investigadores DE la comunicación, se trataría entonces de la Comunicación como una disciplina de estudio cuyas teorías, métodos y técnicas de elaboración, registro y tratamiento de datos (…) constituyen un «saber» y un «hacer» expertos con reconocimiento social.” (2018, pp. 289) En esa línea, Ledesma desarrolla una clasificación que establece varios puentes conceptuales. Por un lado, denomina “Hechos del Diseño” al paso final, materialización objetual, en el cual toma cuerpo el “hacer-ser” greimasciano en tanto factura (Greimas y Courtés, 1979, pp. 5). Luego, a partir de una estructura peirciana, discrimina y caracteriza aspectos particulares de la disciplina. Lo contempla en primer lugar como un factor netamente cultural; analiza luego su problemática comunicativa como esencia y, en tercer término, lo considera un acto regulador intersubjetivo caracterizado por diversos modos de comunicar vinculados con distintos ‘haceres’, que clasifica como “hacer-saber”, “hacer-leer” y “hacer-hacer” (2011, pp. 61). Abrimos aquí una serie de cuestionamientos que relacionan estos haceres con el concepto de poder según diversos autores. El diseño puede ser herramienta de la esfera política, del ámbito educativo, de los mercados o evidenciar su función social. Cada uno de estos espacios establece relaciones con un receptor objetivo que, en tanto usuario, se sentirá compelido, de algún modo, a responder a estos haceres. Esta consideración se emparenta con la definición de Stoppino quien califica el poder como vinculante estableciendo relaciones triádicas capaces de producir efectos, o sea, respuestas. Luego, ¿podemos pensar que estos haceres ejercen un poder en tanto intervienen y manifiestan una supremacía en las distintas instancias de decisión del sujeto? Esto amplía la cuestión pues, cobra relevancia las definiciones de Weber cuando se refiere a ‘dominación’ y ‘control’. Por último, para Foucault, “el sujeto está atravesado por relaciones de poder” (Ibarra, 2009), con lo cual, podemos preguntarnos también, qué nivel/es de poder ejerce el diseño gráfico y, si se puede pensar cada ‘hacer’ como un modo distintivo de ejercer poder. Nuestro trabajo será intentar dar cuenta de estas respuestas aunque sabemos, desde ya, que no clausurarán el tema.-
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