Entender a la comunicación social como un proceso social de producción y de disputas por la apropiación de sentidos en el que intervienen una multiplicidad de factores, mediados o no por las tecnologías, implica corrernos de una mirada hegemónica que entiende a los procesos comunicacionales como una mera instancia de difusión y transmisión de información. En el presente trabajo intentaremos revisar los aportes críticos que surgen como alternativas a las teorías instrumentalistas que promovieron, luego de la segunda guerra mundial, la difusión de innovaciones en América Latina, con la finalidad de problematizar su sustento teórico y filosófico anclado en una ideología dominante que piensa a los medios y a las tecnologías modernas bajo la idea de una aparente neutralidad y como una cuestión inevitable. En este sentido, el modelo modernizador de posguerra, irradiado desde los centros hacia las zonas periferializadas, se sustentó en una visión de la técnica, amparada en la lógica del desarrollo, a partir de los principales supuestos de la denominada Teoría de la difusión de innovaciones. Recuperaremos, en este sentido, las apuestas del pensamiento comunicacional latinoamericano para comprender, desde otras lógicas, la relación entre comunicación y desarrollo en sintonía con lo planteado por los Estudios sociales de la dependencia, la Filosofía de la liberación y su correlato en nuestro campo a partir de la irrupción de una Comunicología de la liberación y la Perspectiva decolonial. Estos planteos buscaron romper con el paradigma dominante de la modernización, un paradigma que entendía a la comunicación como un sistema unidireccional, lineal y vertical y modificarlo por otro multidireccional, horizontal, comprometido, popular e intercultural.