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Las huellas que la escuela nos dejó:las prácticas de lectura y escritura en la universidad
Seré, María Florencia - Centro de Investigación en Lectura y Escritura (CILE), Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.
XXI° Congreso de la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo. Escuela de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Humanidades (UNSa), Salta, 2019.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/eXqc/wqG
Resumen
El tema de este artículo hará foco en las prácticas de lectura y escritura en el ingreso a la universidad, en este sentido, el caso de estudio se enmarcará en la experiencia de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social y de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata. De este modo, resulta significativo y relevante, en línea con los objetivos propuestos, hacer especial hincapié en la articulación entre la escuela secundaria y la universidad, en donde el estudiante ingresante se encuentra en pleno momento de transición,en el pasaje de una cultura académica -como lo es la escuela secundaria-, hacia una cultura otra -como lo es la universitaria- lo cual implica un proceso de profunda incertidumbre en el umbral de una experiencia desconocida. La metodología seleccionada está anclada en el enfoque cualitativo y las técnicas de recolección de datos escogidas están orientadas al estudio de caso,la observación participante y las entrevistas en profundidad, como las principales herramientas para encarar el proceso de indagación. La preocupación por el primer año de la universidad está arraigado fuertemente a la convicción de que la educación pública es un derecho para todos y que, por tanto, debe ser inclusiva, lo cual implica brindar las oportunidades y las herramientas para que un joven que acaba de egresar de la escuela secundaria pueda ser parte de esta otra cultura académica como lo es la universidad, es decir, que primero la universidad sea parte de su repertorio de oportunidades y segundo que pueda emprenderse ese proceso adecuadamente; es decir, que pueda ser parte de su umbral de deseos, de expectativas, de proyectos. En este sentido, se plantea la necesidad de dejar de acusar a los jóvenes por no tener interés por leer o escribir, de dejar de titular encabezados que adviertan sobre los bochazos durante cada febrero y empezar a brindar las herramientas académicas para dar respuestas institucionales a las trayectorias de cada sujeto y que, realmente, la educación sea un derecho y no un privilegio para unos pocos. ¿Es necesario leer y escribir en todas las carreras? Sobre todo, esta premisa parte de la disyuntiva de cualquier joven que se encuentra terminando sus estudios secundarios y que se pregunta a sí mismo si su interés parte de la lectura y escritura o de las matemáticas. En ese discernimiento pareciera que aquél que elige una carrera con orientación a las ciencias exactas renunciará a leer y escribir por el resto de su vida académica-profesional. Sin embargo, luego de realizar entrevistas a estudiantes de ambas facultades, ambos definen los verbos leer y escribir como, “formas de comunicarse”, “de entender”, “de saber”, de “conocer”. Es decir, se las entiende como prácticas de comunicación que permiten acceder y construir conocimiento; lo cual se conoce como la función epistémica de la lectoescritura planteada por Scardamalia y Bereiter (1992), cuando se preguntan si la escritura debe ser entendida como producto o como proceso y, asimismo, proponen un modelo de transformación del conocimiento asociado a estas prácticas.
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