Se parte de la base de la expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuando garantiza el ejercicio educativo como derecho humano: “Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la educación, la cual será accesible para todas las personas, sin discriminación alguna, y tomará en cuenta la diversidad cultural y sus necesidades especiales.” (Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas) El presente trabajo versará sobre la experiencia pedagógica desarrollada en el penal de Marcos Paz en el marco de la cátedra Teorías de la Comunicación, con el objetivo de no sólo visibilizar las prácticas para el debate y la praxis, sino también para pensar las maneras del contar de los estudiantes de la carrera de Comunicación. Esto implica hacer hincapié en sus relatos y demandas, en pensarlos en sujetos de derecho en un contexto de vulnerabilidad y problemáticas expresadas como la superpoblación carcelaria, la falta de alimentación saludable y distintas formas de explotación laboral. Una de las problemáticas centrales es la imposibilidad de acceso a las nuevas tecnologías, algo que vulnera el derecho como estudiantes y genera nuevos desafíos para las y los docentes a la hora de planificar las estrategias pedagógicas. El trabajo se enfocará en la descripción de prácticas vinculadas con el ejercicio del derecho a la comunicación por parte de los estudiantes, en un espacio atravesado por distintos obstáculos relacionados a distintas formas de violencia y discriminación. En el marco de la cátedra no sólo se retomarán diálogos trabajados en el aula, sino también escritos donde se abordan problemáticas vividas en sus cotidianeidades, que deben ser puestas en debate para nuestro ejercicio profesional en tanto responsabilidades. De esta manera nos interesa ahondar en sus relatos, sus escritos y también en charlas no formales donde los estudiantes se acercan a comentar problemáticas personales que deben ser abordadas. Es necesario retomar espacios de debate en facultades y distintos espacios académicos y no académicos para fomentar políticas que no sólo dejen de estigmatizar a quienes atraviesan un contexto intramuros, sino para pensar producciones comunicacionales que sean generadas por los propios estudiantes y no por las miradas de otros, como por ejemplo algunas producciones audiovisuales nacionales e internacionales que serán mencionadas en el trabajo. Esta experiencia se tomará como un caso particular dentro de un espacio y tiempo determinado, que no buscará generalizar una situación carcelaria nacional, pero si tomar datos de organizaciones que pujan por el cumplimiento de derechos para abordarlos desde las herramientas teóricas que brindan la comunicación y la educación.