En el marco de mi participación en la Especialización en Docencia Universitaria que dicta la Universidad Nacional de Rio Cuarto, he comenzamos a caracterizar las singularidades que enfrentamos en la tarea docente en las asignaturas de primer año de la carrera de Comunicación Social que son de formación general y no especifica. En este caso, la asignatura en la que trabajamos es Introducción a la Psicología. En este marco, me han interesado las siguientes situaciones: las representaciones sociales del ingresante en torno a la comunicación y las características del mundo laboral en el cual se insertarán. Así identificamos 2 características que tensionan la tarea de formación en el campo de la comunicación social. Por un lado, recibimos ingresantes cuyas concepciones en comunicación se ubican en el modelo matemático de la comunicación. Por el otro, se insertarán en un mundo del trabajo atravesado por la cuarta revolución industrial. En este contexto, recuperamos el pensamiento de Antonio Pasquali y Jesus Martin Barbero como estrategia para elaborar dispositivos pedagógicos que permitan revisar las dificultades que presenta el paradigma de la información en una sociedad donde se disputa el saber para disputar el poder. Pasquali ubicará al saber/conocimiento junto a la comunicación ubicando a la comunicación como las experiencias humanas de intercambiar, compartir y consaber en igualdad de condiciones. Así, invitamos a los ingresantes a reconocer que la transacción de mensajes entre emisores y receptores a través de un canal se aproxima más hacia la información, el foco en la técnica y los procesos unilaterales de los medios masivos de comunicación. Por otro lado, Barbero invita a recorrer un devenir desde la comunicación hacia la cultura. Esto implica aproximarnos desde los problemas y las operaciones del intercambio social (desde las matrices de identidad y los conflictos que articula la cultura). Ambos autores nos permiten desafiar a nuestro ingresante, en asignaturas generales, no específicas, con una mirada de comunicación pensada como dialógica, antropocéntrica, activa, contextual. Volver la mirada a una comunicación esencialmente humana nos permite potenciar la capacidad de constituir experiencias y eventos como genuinos puentes mediadores del aprendizaje. Y por otro lado, tal cual señala Barbero, reconocer que nuestra realidad tiene una precariedad, tiene una vulnerabilidad que hay que asumir porque solo en la medida en que asumamos nuestros límites, nuestros condicionantes, vamos realmente a poder crear.