La configuración del conocimiento en las carreras de comunicación social, reflexiones en torno al currículum Castillo Alicia Susana Herrero María Eugenia La comunicación social se está transformando en forma acelerada y continua en virtud de nuevos escenarios tecnológicos, económicos, políticos, sociales y culturales que gravitan en la disciplina. (Martín Barbero, 2007). Frente a este panorama es menester preguntarse hacia dónde apunta la formación de comunicadores sociales en las licenciaturas y cuál es la organización del conocimiento desde los ejes o contenidos presentes en los planes de estudio de las mismas. Los cambios de paradigma registrados en la comunicación, que van más allá de una simple revolución tecnológica, nos ubican en un escenario de prácticas híbridas e interdisciplinarias en el marco de las carreras de comunicación. Los comunicadores sociales que egresan de universidades deben dar respuesta a un escenario cada vez más complejo que ya parte de la base de la escasa diferenciación que se gestó durante décadas entre “periodismo” y “comunicación social” y la complejidad y relación entre estos campos. Los planes de estudio contemplan materias que tienen que ver con conocimientos de diferentes disciplinas, a la vez que intentan preparar a sus egresados para este escenario cambiante mediante competencias con fuerte anclaje en las prácticas que tienen que ver con las rutinas periodísticas o un campo laboral específico. O ignoran a estas instancias y brindan una formación con fuerte base académica que propicia el trabajo de investigación y la teoría frente a la práctica. Siguiendo a Litwin, el análisis de los debates en torno al currículum posibilita conocer los escenarios en los que se desenvuelve la vida de las universidades y a través de estos, relevar las opiniones y supuestos en torno al conocimiento, las profesiones y hasta el desarrollo del país. (Litwin, 2010). Cómo estudiar el problema de la construcción de una profesión o de un currículo universitario o de la transmisión del conocimiento oficial puede permitir entender la pregunta en relación con el orden social y de qué manera la educación se corresponde o participa de un orden social dado. Siguiendo a Graizer: “El conocimiento legítimo de una profesión es aquel considerado válido en el/ los contextos de desempeño profesional, del trabajo. El conocimiento oficial no siempre se superpone al ciento por cien con aquel. Muchas veces el conocimiento oficial excede el conocimiento legítimo, a la vez que no todo el conocimiento legítimo es conocimiento oficial o se puede hacer oficial”. (Graizer, 2010 :96) El autor señala que actualmente estos campos están en tensión en virtud de los intereses de los actores intervinientes y del rol del Estado en las regulaciones que competen y que a la vez pueden superponerse o excederse uno a otro. Graizer, O. L. (2010) Ensayos: Formación de profesionales, fuentes de legitimidad y Universidad. Itinerarios Educativos, (9), 88-102. Litwin, E. (2010). El currículo universitario: perspectivas teóricas y metodológicas para el análisis y el cambio.Revista Educación y Pedagogía, 18(46), 25-31.