El filósofo y teólogo del siglo I d.C Filón de Alejandría es considerado el primero en hacer uso sistemático del lenguaje filosófico para la interpretación del Pentateuco. Dicha sistematización del análisis de las Escrituras de inspiración divina no solo procede de una necesidad práctica, es decir, la de dar a conocer las costumbres judías a los gentiles de la cosmopolita Alejandría. Por el contrario, encuentra sus raíces en una profunda convicción personal del alejandrino por la que Dios, como el autor de todo conocimiento, ha dotado al hombre de la facultad de razonar a través de la que puede lograr el conocimiento de la verdad por la vía de la filosofía (Fug. 213). En efecto, Filón cree en la capacidad humana de encumbrarse hacia el más alto nivel de teoría y arribar a un conocimiento de la verdad. La práctica filosófica es llevada a cabo de forma eminente por el pueblo judío al obedecer el mandato de la Ley de entregarse a la contemplación en día sábado (Decal. 100). La verdadera filosofía consistirá, pues, en la contemplación de la verdad ontológica fundamental, revelada por la divinidad a Moisés en Éxodo 3,14, la de la existencia de un Dios uno (Somn. 1,60).