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La naturaleza de la experiencia musical y la habilidad para identificar el número de notas en una melodia
María Inés Burcet.
IX Reunión Anual de la Sociedad Argentina para las Ciencias Cognitivas de la Música. Sociedad Argentina para las Ciencias Cognitivas de la Música y Conservatorio de Música de Bahía Blanca, Bahía Blanca, 2010.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pkvb/cog
Resumen
Este estudio tiene como objetivo indagar en qué medida, la habilidad para identificar en una melodía unidades equivalentes a la nota sería dependiente del conoci­miento del sistema de notación musical. Para ello se solicitó a un grupo de estudian­tes de música iniciales adultos que contaran la cantidad de sonidos articula­dos que presentaban diferentes fragmentos melódicos que habían sido pre­viamente memorizados (los fragmentos presentaban entre 9 y 15 notas cada uno). Se observó que sólo en la mitad de los fragmentos musicales (51%) los sujetos contaron igual cantidad de notas en relación a la cantidad de notas esperada. Por lo tanto, en la otra mitad, los sujetos contaron dife­rente cantidad de notas, o bien contaron más notas (14%) o bien menos (35%). Separados los sujetos de acuerdo al conocimiento de la escritura musical, los resultados arrojaron que quienes más errores habían cometido eran aquellos sujetos que habían desarrollado prácticas instrumentales desde la oralidad (es decir, de oído) y por lo tanto no conocían el sistema de escritura musical hasta su ingreso a la universidad (grupo 1). El grupo de los estudiantes que habían desarrollado prácticas instrumentales desde la ora­lidad pero luego habían aprendido el sistema de notación musical antes de su ingreso a la universidad (grupo 2) le seguía al anterior en el número de aciertos. Finalmente los que menos errores tuvieron en la tarea fueron los que habían desarrollado sus habilidades de ejecución paralelamente al aprendizaje del sistema de notación convencional (grupo 3). Aunque las diferencias entre las medias de resolución de los tres grupos resultó signifi­cativa, fue altamente significativa la diferencia de medias entre los que co­nocían en sistema de notación (grupos 2 y 3) y los que no lo conocían (grupo 1). Esta diferencia estaría dando cuenta de dos modos diferentes de pensar la melodía en relación a la experiencia musical adquirida: una por agregación de unidades (grupo 2 y 3) y otra como imagen o configuración más holística (grupo 1). También resulta posible considerar que los criterios de literalidad para la memorización de los fragmentos estarían igualmente influenciados por el conocimiento del sistema de notación musical. De acuerdo a esto, mientras que para los sujetos de los grupo 2 y 3, repetir cantando una melodía implicaba articular con precisión cada una de las notas que la conforman, para los sujetos del grupo 1 repetir cantando una melodía podría implicar una aproximación más general y menos articulada. En este sentido, para los sujetos que desarrollaron prácticas musicales a partir del código de notación musical, el concepto de fidelidad también se ajustaría al nivel de la nota. El estudio permitió considerar que, quienes han desarrollado experiencias musicales iniciales vinculadas con el código de escritura musical convencio­nal, ya sea porque han construido sus prácticas de ejecución desde la lec­tura o porque han accedido al aprendizaje del código en algún momento temprano de su desarrollo musical, han construido sus experiencias musi­cales desde la agregación y combinación de unidades escritas (notas), por lo tanto para estos sujetos segmentar la melodía en esas unidades es un proceso natural. Para estos sujetos la unidad de notación tiene una gran influencia en sus unidades de percepción y de acción. Mientras que, quie­nes han desarrollado experiencias musicales a partir de prácticas basadas en la audición, la nota no constituye una entidad en sí misma, por lo tanto para estos sujetos la melodía podría comprenderse desde una mirada más global o más holística. Asimismo, la diferencia en el desempeño entre el grupo 1 y los grupos 2 y 3, permitiría suponer que quienes conocen el código de escritura poseen una mayor conciencia de las unidades constitu­tivas de la melodía. Y esa conciencia de las unidades podría manifestarse tanto en la manera de contar como en la manera de reproducir lo escu­chado. Por lo tanto, para aquellas personas que no conocen el código de escritura musical convencional, favorecer la conciencia de las unidades del discurso musical parecería manifestarse como un requisito necesario para aprender a leer y escribir.
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