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El filósofo como theatés y el sofista como mimetés. Platón frente a la sofística y el paradigma del teatro
Alvarez, Lucas Manuel.
III CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE FILOSOFÍA ANTIGUA. ALFA, Lima, 2011.
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Resumen
Durante el siglo V a.C. el teatro se convirtió en un verdadero paradigma cultural para el pueblo griego, pero ya en el siglo IV, Platón consideró que su extendida influencia sobre los ciudadanos representaba un obstáculo para la fundación de su pólis ideal. Sin embargo, a pesar de las críticas radicales formuladas en República II, III y X, en el mismo diálogo puede vislumbrarse, por un lado, la propuesta de una nueva poesía que vendría a reemplazar a la tradicional y, por el otro, cierta permeabilidad de Platón frente al paradigma del teatro ático. Respecto de este segundo punto, se ha sostenido que, con ciertas salvedades, Platón hace extensivo el uso de un conjunto de términos técnicos que los atenienses empleaban para describir la experiencia de un espectador del teatro cuando se propone determinar la tarea del filósofo.El propósito de este trabajo es mostrar que el uso del vocabulario teatral por parte de Platón no se reduce, sin embargo, a la configuración de la figura del filósofo como un theatés que contempla la verdad, sino que alcanza a la de su principal adversario. En efecto, encontramos que en Sofista, el personaje homónimo es presentado como una especie de actor (mimetés, 235a) capaz de dar a los jóvenes la impresión (dóxan paraskeuázein, 233b) de ser sabio, caracterización que toma del ámbito teatral tanto el término mímesis (imitación) como skeué (vestimentas del actor). Fiel a esta lógica, el diálogo se abre con el sofista, el político y el filósofo confundidos, inicialmente, por sus apariencias, hasta que, hacia el final, el primero es representado como un ?productor de falsedades? (pseudourgós, 241b) que hace las veces de sabio (mimetés de òn toû sophou, 268c1) sin serlo realmente. Las repetidas alusiones a los jóvenes inexpertos reafirman, creemos, la metáfora teatral, al ubicarlos como auditores y espectadores de las performances de los sofistas, a la par que señalan la necesidad de theâtai filósofos y realzan la figura del Extranjero de Elea, cuya extranjería parece permitirle, ajeno a las costumbres de Atenas, discernir entre las falsas apariencias y lo real.Tras el análisis de los pasajes seleccionados del Sofista, buscaremos cotejar esta lógica verdaderamente dramática del diálogo, donde un actor/sofista cumple los roles de mago, ilusionista, mercader y aun de sabio, mientras que un espectador/filósofo apela a su capacidad de ver más allá de las máscaras, con el razonamiento de Gorgias sobre la tragedia (B23) y con algunos pasajes de la comedia de Aristófanes. Mientras que el primero reivindica tanto la figura del poeta y actor como la del espectador (proponiendo unos y aceptando otros los engaños propios del drama, engaños que, a su vez, podrían extenderse hasta abarcar toda la ciudad), la comedia de Aristófanes, deudora de preceptos sofísticos, parece advertir la inevitable composición de roles actorales a la que todo ciudadano debe atenerse a la hora de participar en las instituciones públicas de la Atenas clásica. La puesta en evidencia de estas metáforas teatrales en los diálogos platónicos, esperamos poder mostrar, ilumina la compleja concepción que el filósofo forjó de la sofística, mientras que el testimonio de Gorgias permitiría señalar el alcance de esta lectura platónica.
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