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LA FUNDACIÓN DE LA ESCUELA NORMAL VERACRUZANA 

Iniciada la Reforma Educativa Liberal (didáctica) por don Enrique Laubscher, esencialmente en Orizaba -antes en Alvarado, Veracruz y Los Tuxtla se sentía más que nunca la necesidad de crear una escuela que preparara profesores con las nuevas corrientes pedagógicas.

Era una necesidad de años atras al comprenderse la gran trascendencia de contar con profesorado capaz y, en 1873, al formular el Congreso Pedagógico la Ley de Educación del Estado, se dijo en su artículo 100:“Para la formación de buenos profesores de instrucción primaria, se establecerá en el Estado una Escuela Normal, cuya organización será objeto de una ley especial”.

Antes el artículo 97 expresaba; “El profesorado en el Estado constituye una carrera distinguida, que hace dignos a lo que la ejercen de la gratitud de la sociedad y merecedores de la consideración del gobierno”.

La Ley fue la número 123, conocida también con el nombre de Ley “Landero y Cos”, porque fue el gobernador don Francisco Landero y Cos, muy interesado en el ramo educativo, quien convocó a maestros, al citado congreso pedagógico en cuanto llegó al poder Por desgracia; él no pudo realizar el loable propósito.

Al convertirse Orizaba, con la escuela modelo de don Enrique Laubscher fundada por el gobernador don Apolinar Castillo, en el centro de la Reforma Educativa Liberal, se sintió con más apremio, con más urgencia la necesidad de la Escuela Normal, para poderse aplicar en las escuelas técnicas modernas y, así lo hizo ver el maestro Laubscher a una comisión que el recién nombrado gobernador: general don Juan De la Luz Enríquez, envió a Orizaba a conocer el funcionamiento de la escuela modelo.

Y luego el educador alemán, ya con acuerdo del Gobernador, fundaría la Academia Normal de Orizaba, donde nació realmente el normalismo moderno. Al establecimiento llegó a trabajar, en el área técnica, el maestro don Enrique C. Rébsamen. En la Academia se estudiaban sólo siete meses y una vez palpado el buen éxito con un proyecto de Rébsamen, se creó ya una Escuela Normal debidamente amplia, -con cinco anos de estudios en la ciudad de Xalapa, a donde el general Enríquez había llevado los poderes del Estado (con su respectiva primaria anexa). El 14 de agosto fue aprobada por el congreso la Ley respectiva, la número 37 y diez días después la promulgó el gobernador Enríquez. A don Enrique C. Rébsamen se le nombró su Director.

Se realizaron adaptaciones para utilizar el ex convento de San Ignacio. El 8 de noviembre de 1886 se inauguraron los primeros cuatro grados de la primaria anexa y el 30 de noviembre se llevo a efecto el acto principal de inauguración de la Escuela Normal asistiendo un representante del Presidente de la República, General Porfirio Díaz. En él hicieron uso de la palabra, el licenciado don Manuel Gutiérrez, a nombre de la junta popular que organizó los festejos; el maestro don Benigno O. Nogueira, en representación del ayuntamiento xalapeño; el maestro y licenciado Juan Manuel Betancourt, por parte del Gobierno del Estado; el doctor Daniel Ruiz, a nombre del ayuntamiento del puerto de Veracruz; Don Ramón Mantilla Ortiz y un niño de la escuela primaria anexa.

Al día siguiente, el primero de diciembre continuaron los festejos, que terminaron con bailes en el casino y en la sociedad de artesanos.

La Escuela Normal inició sus clases el 22 del mismo mes de diciembre, desarrollándose un nuevo acto, presidido por el gobernador, general Juan Enríquez, quien declaró oficialmente inaugurado el primer curso normalista. Aquí pronunciaron discursos el maestro don Carlos A. Carrillo -catedrático del Plantel- y el director don Enrique C. Rébsamen.

La escuela Normal Veracruzana fue el centro fundamental de la reforma educativa liberal en la República. De allí fueron maestros a los distintos rumbos de la nación y Rébsamen era solicitado por diferentes gobiernos estatales, pudiendo asistir a Oaxaca, Jalisco y Guanajuato.

La orientación abiertamente liberal de la escuela produjo que los conservadores, el clero y otros grupos privilegiados, desataran una lucha abierta en su contra que llegan prácticamente a encabezar el ayuntamiento de Xalapa, quien inclusive amenazó con renunciar en masa si no se retiraba a Rébsamen como director. El Gobernador dijo que estaba dispuesto a aceptar tales renuncias, las que, al fin, nunca llegaron.

Ni Enríquez ni Rébsamen, se doblegaron. Continuaron en sus esfuerzos por “implantar la reforma escolar a que aspiraba el Partido Liberal Mexicano”.Y la Escuela Normal, que más tarde llevaría el nombre de su fundador, siguió iluminando los rumbos educativos de México.

                                                                        *Publicado en el Diario de Xalapa, 25 de Nov. de 1999

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