Existen antecedentes que establecen una relación estrecha entre la música, las emociones y los sistemas de memoria. El objetivo fue indagar el efecto de la improvisación musical, como técnica musicoterapéutica, sobre la memoria emocional visual en adultos jóvenes con y sin entrenamiento musical. Participaron voluntarios adultos jóvenes, de la facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, asignados aleatoriamente a los diferentes grupos y tratamientos experimentales, con un diseño intersujeto. Se utilizaron 36 imágenes seleccionadas de las IAPS (International Affective Pictures System), algunas emocionalmente activantes (12 con valencia positiva y 12 con valencia negativa) y otras 12 neutras. De modo simultáneo a la observación los sujetos puntuaron cuan emocionales les parecían las mismas desde 0 a 10 (nada/altamente activante). Posteriormente fueron expuestos al tratamiento experimental (improvisación musical) o la condición control (sin estímulos sonoros). Luego se evaluó el recuerdo libre y reconocimiento, tanto inmediato como diferido (a la semana). El principal hallazgo de este estudio indicó que la improvisación musical mejora el recuerdo libre inmediato y diferido de imágenes tanto neutras como emocionales (negativas y positivas), siendo mayor el efecto en los sujetos no músicos.