En el presente trabajo ofrecemos algunas categorías que permiten entender la experiencia del movimiento de software libre como parte de un fenómeno más general que le da sentido: las luchas diversas contra las formas de expropiación y depredación de bienes comunes del capitalismo actual. En el recorrido repasaremos algunas definiciones fundamentales para luego detenernos en explicitar la lógica de producción-apropiación del software libre y mencionar algunas de las experiencias de organización locales. El fragmento con el que comenzamos la exposición es una parte de la explicación dada por el informático Mark Shuttleworth respecto del nombre que llevará la próxima edición del sistema operativo libre Ubuntu. Desde sus inicios, esta distribución basada en GNU-Linux ha tomado nombres de animales exóticos para cada una de sus versiones. En este caso le corresponderá el narval, una extraña variedad de cetáceo conocido como "unicornio de mar", que habita en los mares árticos. Más allá de lo anecdótico, el fragmento constituye uno entre muchos ejemplos de la filosofía del software libre, una manera alternativa de concebir la creación y la apropiación de tecnología que, como pretendemos esbozar aquí, se centra en el respeto por los bienes comunes y la creación colectiva de conocimientos. Si nos detenemos en las expresiones de Shuttleworth, veremos una suerte de homología entre las comunidades de programadores libres "que aportan las contribuciones que son la base del sistema operativo" y los ecosistemas diversos y complejos que mantienen la vida del planeta.