(Publicado en 2012) En este trabajo se relevan las prácticas que profesores de distintos espacios curriculares de la educación superior (Biología, Educación, Física, Geografía, Historia, Lengua, Matemática, Psicología, Química , etc.) declaran que se realizan en sus clases con la lectura y la escritura. Para ello, se administró un cuestionario a 544 profesores de diversas asignaturas en 50 instituciones que forman docentes para el nivel medio, según una muestra probabilística y estratificada a nivel nacional, elaborada con apoyo del Instituto Nacional de Formación Docente. Además del procesamiento estadístico, se realizó un análisis cualitativo de los campos abiertos del cuestionario. El presente artículo enfoca una de las preguntas abiertas del cuestionaría que proponía describir las acciones que se realizan, en forma individual, con otros colegas o a nivel institucional, para ayudar a afrontar las dificultades de los alumnos para leer comprensivamente y escribir con claridad, reconocidas por el 90% de los encuestados. Las respuestas fueron categorizadas a través de un laborioso proceso de reducción de los datos en categorías, no prefijadas anteriormente, y con la contrastación de 3 jueces, que debieron llegar a acuerdos en todos los casos. Como resultado del análisis de lo que declaran que hacen "por su cuenta", surgen dos grandes categorías ("trabajo en los extremos: al inicio o al final", "trabajo durante"), representadas a su vez por subcategorías. Así, los resultados muestran que, aunque buena parte de los profesores encuestados declara trabajar lectura y/o escritura en su materia, la mayoría de ellos intervienen sólo al inicio de las tareas de lectura o escritura que proponen (solicitando trabajos, dando instrucciones, enseñando técnicas) o al final (corrigiendo producciones de los alumnos). Un número menor de docentes expresa que además de intervenir en los extremos, también interviene durante los procesos de leer o escribir y dedica tiempo de clase a ello. Entre éstos, un pequeño grupo promueve la interacción entre profesor y alumnos o entre pares, a través de la discusión sobre lo leído o por medio de comentarios sobre lo escrito. La categoría que incluye el número mayor de respuestas, trabajar "en los extremos", puede ilustrarse con la metáfora de "coser" a la enseñanza de los contenidos disciplinares un contenido marginal, como se considerarían a la lectura y/o la escritura. En contraposición, la categoría "trabajo durante" puede modelizarse como "entramar" la lectura y la escritura con la enseñanza de los contenidos disciplinares. Este "tejido" implicaría que lectura y escritura se integran a la asignatura porque a traves de ellas se trabajan los conceptos de la materia.Respecto de las iniciativas institucionales y con colegas, numerosos encuestados afirman que otras instancias por fuera de sus asignaturas (talleres, cursos de ingreso, gabinetes) se hacen cargo de los problemas de lectura y escritura. De acuerdo con los enfoques teóricos de "escribir a través del curriculum", "escribir para aprender" y "enseñanza dialógica", se interpretan estos resultados en términos de a) las concepciones sobre la lectura, la escritura y su aprendizaje, que podrían subyacer a las prácticas declaradas, y b) la incidencia que estas prácticas podrían tener sobre la formación de los futuros profesores. http://www.unrc.edu.ar/unrc/digtal/libro_jornadas_unesco_unrc_2010.pdf