Para contribuir al análisis de las necesidades, alcances y desafíos que la formación de docentes plantea, se analiza una experiencia de desarrollo profesional realizada con 115 profesores secundarios argentinos de cinco escuelas públicas, en la cual se los guió con variados dispositivos pedagógicos y ayudas, en una investigación en la acción a lo largo 30 meses. Durante ésta, leyeron bibliografía, discutieron sobre ella, escucharon exponer al formador, intercambiaron sostenidamente entre sí, recibieron orientaciones, pusieron a prueba en sus aulas nuevas situaciones didácticas, escribieron sobre su práctica y sobre lo leído y, en grupos, produjeron -a través de sucesivas reescrituras, revisiones colectivas y de a pares- tres escritos públicos: un póster para exponer en jornadas abiertas, una reseña de un libro leído completo y un artículo para ser seleccionado dentro de una compilación. La ponencia detalla esta propuesta formativa y analiza las notas reflexivas que los profesores debieron elaborar al final del proceso, como un indicador del alcance de esta modalidad de desarrollo profesional. Las reflexiones de estos profesores pueden ser categorizadas en dos grupos: aquéllas que señalan con entusiasmo el valor formativo de la experiencia en su tarea profesional y aquéllas en las que predomina la disconformidad con algunos requerimientos del proceso formativo, con ciertas dificultades organizativas, y/o con el contexto en el que se realizó. En las del primer grupo, mayoritario, los docentes lograron aprovechar para sus propios fines lo que esta formación les ofreció, entroncando con ella sus búsquedas personales y profesionales, y comprometiéndose en virtud del sentido que le hallaban para sí mismos. En cambio, una minoría de los docentes vivieron la formación como un proceso externo que les impuso tareas en vez de abrirles oportunidades, proceso al que se le pueden formular demandas y quejas, y del cual es posible sentirse ajeno sin autoresponsabilizarse en alguna medida por sus resultados.