La reciprocidad es esencial en el encuentro humano. La incomodidad que sentimos ante las caras inexpresivas y quietas o ante la ausencia de movimiento o palabra cuando nos hemos dirigido al otro es sobrecogedora. El significado de la mínima modificación temporal de la reacción (o demasiado rápida o lenta), inacallable. Creo, como Zazzo, que en ninguna otra situación como en el amor se plantea tan crucialmente el encuentro y el desencuentro entre yo y el otro. En la intensa investigación del otro que es el amor, la reciprocidad y las alteraciones de la reciprocidad dejan huella. Lo mismo ocurre en el amor que se despliega en la relación asimétrica entre adulto y bebé durante sus primeros meses de vida. Nombrándolo intersubjetividad primaria o mutualidad, la Psicología del Desarrollo ha dicho cosas interesantes sobre esta índole de amor. La perspectiva de segunda persona en psicología tiene un interés epistémico en la reciprocidad. La ha observado con un microscopio temporal: ha descubierto su tramado en fracciones menores al segundo. Sus hallazgos y descripciones me han permitido observar un tipo de "estrategia para la reciprocidad" que despliegan los adultos en sus encuentros amorosos y asimétricos con los bebés. Una estrategia basada en la creación y repetición variada de motivos que da lugar a una musicalidad comunicativa entre los miembros de la díada, y que está presente también, como recurso compositivo, en las artes temporales. Poner en evidencia esta estrategia y mostrar que no desaparece sino que se transforma en el desarrollo motiva este escrito. Éste es entonces el plan de este escrito: en la primera parte, comentaré la preparación para la relación con que cuentan los bebés y las formas más tempranas de reciprocidad entre adulto y bebé, destacando la asimetría que las caracteriza; presentaré luego el concepto de musicalidad comunicativa. En la segunda parte, a partir de este marco conceptual, abordaré la descripción de la repetición variada de motivos como una estrategia usada por los adultos para favorecer la reciprocidad que hunde sus raíz en las artes temporales. Finalmente, comentaré la proyección de esta estrategia hacia momentos más avanzados del desarrollo, cuando el niño juega con maestría con la creación y repetición variada de motivos, y la asimetría de la relación, en estos aspectos, desaparece.