Frente a estas nuevas prácticas de producción del conocimiento, el divulgador de ciencia o el periodista científico debe reafirmar sus principios y cualidades. Manuel Calvo Hernando ha señalado que las cualidades esenciales del divulgador de ciencia, sea o no periodista, son la capacidad de expresión, la sed permanente de conocimiento, la curiosidad universal, la capacidad de asombro, el estado de duda y el alerta perpetua y cierta vocación educativa. La idea del moderno periodista científico es que desaparezcan las fronteras entre el científico y el resto de las personas. Esto significa, en otras palabras, que el público general no continúe viendo al investigador como un ser que se encierra en un laboratorio, en soledad con sus teorías y convicciones, alejado del resto del mundo. Se trata fundamentalmente de propiciar un concepto real del científico, que sea visto como una persona común, dedicada a conocer cierta área del conocimiento, un ser que no es infalible.