Durante el mes de mayo de 2019 se realizaron las elecciones que consagraron al gobernador de la Provincia de Córdoba, Juan Schiaretti. Este acontecimiento, nominado como Schiarettazo, define a partir de sus rasgos su condición de suceso. En este marco, el reelecto gobernador pronuncia un discurso que presenta la configuración de un ethos particular. Se postula una heroicidad definida desde la superación de las pruebas, que establecen la instancia glorificante del triunfo. En este horizonte, se subraya la condición representativa que remeda la figura del don a tiempo que habilita una caracterización particular de determinadas entidades (metacolectivos singulares, colectivos de identificación). En la realización de estos programas se subraya la competencia del saber, especialmente en vinculación con los componentes descriptivo y didáctico. Asimismo, la consagración heroica se superpone a la historia de vida, biografía que deviene colectiva, en la cual se conjugan diferentes opciones enunciativas y la recuperación de ideologemas de diversos estadios del discurso social. Por su parte, la figura del legado, identificada narrativamente con el mandato del espectro, coloca al gobernador electo en una secuencia que involucra a los anteriores gobernadores constitucionales, con particular inscripción patémica respecto al recientemente fallecido De la Sota. A su vez, el discurso establece la definición de la destinación en vinculación con la elección presidencial. El escenario provincial se superpone al nacional en el marco de una lógica que adscribe a la suspensión de la creencia. Transmitido en vivo desde Facebook, este discurso propicia la indagación desde la materia audiovisual, particularmente en torno al cuerpo significante, en el marco de la circulación en redes sociales de los discursos de campaña y acto eleccionario.