El 2019 fue decisivo para la sociedad argentina. El acercamiento de las elecciones presidenciales generó importantes desplazamientos en el campo político y en las estrategias partidarias en la batalla por la conquista del electorado. En medio de un clima de incertidumbre respecto de la capacidad del peronismo de disputar el acceso al Estado, las elecciones de medio término (PASO) generaron un particular punto de inflexión. La fórmula Fernández/Fernández signó profundamente el escenario con una contundente ventaja sobre Cambiemos que demostró la potencia de su capital electoral. En este marco el macrismo, que transitaba su cuarto año de gestión en medio de una profunda crisis, puso en funcionamiento novedosas estrategias de campaña que se materializaron de especial modo en el plano simbólico. Consideramos que en las democracias modernas todo discurso político implica una mediatización que se constituye en condición de producción de las discursividades (Cingolani y Fernández, 2010). La mediatización deviene en una ruptura de escala y modifica las condiciones de posibilidad de estrategias y modalidades de la puesta en escena que ya no se puede pensar por fuera de las lógicas mediáticas y como un fenómeno exclusivo del lenguaje: aquí las estéticas e imaginarios cobran un rol fundamental. Nos situamos, desde una perspectiva sociosemiótica, que entiende que todo fenómeno social tiene una dimensión de sentido que le es constitutiva (Verón, 1993) y proponemos al análisis del discurso como un modo de acceso al plano simbólico. El analista opera sobre fragmentos de materia significante para dar cuenta de las estrategias y particulares regímenes de visibilidad que se construyeron en campaña en la red social Instagram durante el 2019. Situamos la mirada en la reinvención de Cambiemos en el último tramo electoral a través de la apropiación y resignificación de estéticas populistas que implicaron significativos desplazamientos simbólicos y novedosas modalidades de escenificación.