Hoy, la humanidad transita por nuevas experiencias -nunca antes vividas- la pandemia global, representa un problema que dinamita todos los ámbitos. Lejos está de ser un simple problema sanitario, principalmente hoy las agendas mundiales centran la atención en las múltiples interpretaciones que le dan los distintos mandatarios, gobernantes y sociedades al brote de COVID-19. Particularmente, es de nuestro interés trabajar la gestión de crisis conjuntamente con la campaña electoral que está realizando en estos momentos Donald Trump, presidente que busca la reelección en Estados Unidos. Consideramos que es clave entender las lógicas comunicativas, relacionando "fake news" y discursos electorales del mandatario en este último tiempo. Sin dudas antes de este contexto que nos toca vivir en el 2020, ya existía otra pandemia; la de la pos-verdad. Sin este marco significativo no es posible llegar a comprender la dimensión que adquiere la información no comprobable y falsa, útil en el discurso político. Al parecer, no importa ya, la verdad ni la mentira, sino la manera en la que se transmiten los mensajes, no tanto lo que se dice, sino lo que se resalta. Entonces, los problemas sociales -a lo que se piensa que se dedican los representantes de pueblo- al final se vuelven cuasi construcciones, y las condiciones fácticas de desigualdad e injusticia que no son señaladas así, no necesariamente se convierten en problemas públicos, ni si quieras relevantes de tratar. ¿Hasta qué punto esto no se convierte en arbitrario, violento simbólicamente y analfabetizante culturalmente? Intentaremos -en el limite de nuestras posibilidades intelectuales- investigar sobre estos interrogantes, nunca dejando en el eje central la atención en la campaña electoral de Trump este año.