En el marco de Comunicación política sociodigital: comunidades y partidos en red en América Latina, nuestra línea, (Ongs de Córdoba, entre el espacio virtual y el poder real) se indagaron apoyos/alianzas del onegeísmo cordobés frente a estructuras del poder local real. En tanto militantes y contestatarias vimos tres Oenegés que consideran centralmente la cuestión del medio ambiente. Analizadas a través de entrevistas en profundidad a sus directivxs, concluimos que denuncian los ataques y amenazas por acciones del ámbito político (provincial / municipal), como desde sectores del desarrollismo inmobiliario, vinculados al cultivo de soja. A su vez mostraron escaso interés por las redes sociales para su funcionamiento y expansión y que su composición profesional y prácticas de cabildeo las alejan de lo territorial y de la calle. Siguiendo la línea del medioambientalismo cibermilitante (Theiler y Rodríguez, 2017; Lacey y López 2019) vemos que el contexto de pandemia zoonótica mundializó la sociodigitalización de la comunicación, normalizó las fake news y apareció una nueva enfermedad, la infodemia (OMS, 2020). Reflexionamos sobre la problemática de nuevas comunidades cibermilitantes negacionistas como resultado de manipulación digital ideológica. Nos enmarcados en las temáticas del Colonialismo digital (Couldry 2018), del ocaso del poder crítico de los sujetos, tratado en Conductismo de datos (Rouvroy 2012), y en general, atendemos los efectos revelados desde el Escándalo de Cambridge (Cadwalladr 2018). Nos preocupa y analizamos el aumento acelerado de discursos negacionistas, -anticiencia, antivacunas, anticalentamiento, etc.-, y confirmamos que encuentran un mundo virtual cada vez más propicio para ampliar, difundir y sumar nuevos adeptos a sus comunidades sociodigitalizadas (antiambientalistas). Emplearemos, adaptadas, las matrices de relevamiento creadas por este equipo de investigación, y analizaremos discursivamente lo obtenido. Como nexo con lo político, preguntamos hasta qué punto, quiénes y de qué modo estos discursos negacionistas pueden ser producidos, direccionados y aprovechados política y/o económicamente.