Existen diversos marcos teóricos que abordan el tema de la personalidad y sus rasgos, los cuales pueden ser ubicados en un continuo con los modelos factorialistas-biológicos en un extremo y los cognitivos sociales en el otro. Para los modelos factorialistas, cuyo mayor representante es el modelo de los cinco grandes factores de la personalidad (McCrae y Costa 1990 y 1999), las bases de los rasgos de la personalidad se encuentran en tendencia básicas endógenas (McCrae y otros, 2000). Los modelos cognitivos sociales plantean que la personalidad se relaciona con el aprendizaje principalmente en un contexto social (lo social del modelo), y que dicho aprendizaje se realiza a través de una serie de procesos cognitivos o actividades mentales que codifican y transforman los datos que nos llegan del medio (estímulos y contingencias de refuerzo o castigo) (lo cognitivo) (Sanchez, 2007). Existen otros modelos que conjugan los aspectos biológicos y sociales. Entre ellos no pueden dejar de citarse los modelos de aprendizaje social y evolucionista de Millon (Millon 1969 y 1990). Para Millon los rasgos tienen naturaleza biológica y social, es decir, implican tanto las disposiciones innatas como las experiencias de aprendizaje de una persona. Más allá del marco conceptual que se aborde, diversos autores coinciden en señalar la importancia que tiene la personalidad en el desarrollo académico de los estudiantes (Bandura, 1987; Castro Solano y Casullo, 2001; Dapelo Pellerano y otros, 2006), ya que desempeña un papel relevante en el desarrollo de las competencias necesarias para enfrentar adecuadamente los desafíos que conllevan los estudios universitarios, ya que en el mejor de los casos los factores exclusivamente intelectuales explican alrededor de un 25% de la variancia del desempeño académico, por lo que un alto porcentaje de variancia queda sin ser explicada y debe ser atribuida a otros factores (Sternberg, Wagner, Williams y Horvath, 1995). Entre las principales características de la personalidad eficaz para los estudios universitarios se encontrarían un conjunto de capacidades y habilidades tales como asertividad, autoestima, capacidad de trabajo, confianza en sí mismo, estabilidad emocional, etcétera (Dapelo Pellerano y otros, 2006).