Daniel Stern ha realizado enormes contribuciones a la psicología del desarrollo tendiendo un puente entre este campo y el psicoanálisis. Sus investigaciones se han focalizado en la observación microgenética de las conductas del bebe y de los patrones vinculares tempranos, y sus teorizaciones han roto con la hegemonía del antiguo modelo psicoanalítico del infante reconstruido. Una mirada global de su obra ofrece un modelo analítico, clínico y flexible de la vida mental enraizado en la experiencia corporal y emocional vivenciada en y entre las mentes durante el momento presente. Su propuesta conduce a la idea de que los significados se desarrollan y procesan en función de lo vivido, desde los niveles neurobiológicos más básicos, pasando por procesos intermedios como el movimiento, las emociones y los sentimientos, e incluyendo procesos colectivos sociales y culturales como el lenguaje y las artes. Uno de los temas que Stern ha trabajado detenidamente con el correr de los años es el aspecto dinámico de la experiencia. Desde comienzos de los 80, el autor ha transitado a través de términos tales como \"afectos de la vitalidad\", \"formas de sentimientos temporales\", \"contornos de sentimientos temporales\", \"sobres protonarrativos\", \"contornos de la vitalidad\", para finalmente arribar al de \"formas dinámicas de la vitalidad\". Tres décadas de trabajo en este concepto han culminado en la publicacion del libro Forms of Vitality: Exploring Dynamic Experience in Psychology, the Arts, Psychotherapy, and Development, obra que se nutre directamente de las neurociencias, la psicología cognitiva, la psicología del desarrollo, el psicoanálisis, la filosofía y las artes. El libro se divide en tres partes: la primera comprende los tres primeros capítulos y ofrece una mirada rápida sobre la naturaleza de las formas dinámicas de la vitalidad, el marco teórico desde el cual han sido construidas, así como una breve reseña de los intentos que se han hecho desde la psicología y la filosofía para lidiar con ellas. La segunda parte, que incluye los capítulos 4 y 5, sugiere los fundamentos científicos de las formas de la vitalidad subrayando el papel central de los sistemas de arousal en su creación y muestra cómo las artes temporales requieren del uso de estas formas. La tercera y última parte comprende los capítulos 6 y 7 destinados a resaltar la manera en que las formas de la vitalidad se implican en el trabajo clínico y evolutivo.