Atención

Búsqueda avanzada
Buscar en:   Desde:
 
La transubstanciación apolínea del 'rey de justicia': la solarización del cuerpo real a través de la frase dUTU-shu KA2 DINGIR-RAKI
Rodrigo Cabrera.
IV Jornadas de Investigación y III Jornadas de Extensión. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de La República, Montevideo (Uruguay), 2011.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pg7z/dfm
Resumen
En la presente comunicación, proponemos realizar una exégesis de las modalidades simbólicas que posibilitan la percepción-construcción de las multívocas corporalidades del rey, manifiestas dentro del llamado Código de Hammurabi (época paleobabilónica, c. 1792-1750 a. C.). En nuestra indagación, retomaremos algunos conceptos de la filosofía nietzscheana y la fenomenología, a fin de comprender el fenómeno de la normativización del cuerpo real, esto es, la exaltación de los aspectos apolíneos que dan cuenta de un ordenamiento/disciplinamiento del cosmos. Según la perspectiva nietzscheana, la ley se establece como el fundamento de la justicia y, de este modo, la representación de Hammurabi como un defensor del débil, el huérfano y la viuda remarcarían dichos aspectos reguladores y la voluntad de poder que se manifiesta en el plano discursivo. Lo apolíneo aparecería como sinónimo de orden, equilibrio, perfección y racionalidad. En la concepción fenomenológica de Merleau-Ponty, la pro-yección del «ser-en-el-mundo» estaría mediada justamente por los límites de esa corporalidad, i.e. la condición preobjetiva del ser de la que el cuerpo es el vehículo, habitáculo por antonomasia del espacio y el tiempo. Como sostiene dicho autor, ?el cuerpo tiene su mundo o comprende su mundo sin tener que pasar por unas representaciones, sin subordinarse a una ?función simbólica‟ u objetivante? (Merleau-Ponty, M., Fenomenología de la percepción, p. 158). Por lo tanto, a través del cuerpo y sus múltiples corporalidades se expresaría la noción de «ser-en-el-mundo», dado que la noción de mundo es inseparable de la idea de sujeto. En nuestra labor analítica, nos detendremos en algunos pasajes del ?Prólogo? donde el cuerpo monárquico aparece ?solarizado‟, i.e. equiparado con la divinidad asociada al astro diurno (?ama?-Utu) y, por tanto, a la justicia. En efecto, los epítetos ?rey de justicia? (?ar mī?arrim) y también ?rey justo y recto? (?ar kittim u mī?arrim), que se arrogan la mayoría de los gobernantes amorreos desde las dinastías de Isin y Larsa expresan la condición apolínea del cuerpo real, presentándolo como una fuerza normativo-social equiparable al dios ?ama?-Utu. Por otra parte, no sólo la asociación con el dios de la justicia, como en la expresión ?[soy] ??ama?? el sol de Babilonia? (dUtu-?u KA2 DINGIR-RAki), sino también en otras como ?[soy] el dios de los reyes? (i-lu LUGAL-?u) y ?[soy] red para los enemigos? (SA-PAR4(KISAL)? sapāru ?na-ki-rī ) se da una construcción auto-exaltada de la imagen real, que se auto-representa como una figura preceptiva del orden cósmico y social. En este sentido, el ditirambo de Hammurabi lo pone en un plano ecuánime con la deidad solar. Por consiguiente, la apelación a la ?red? y la autoafirmación como ?sol de Babilonia? señalan el carácter normativo del soberano, a modo de ordenador ab origine. Asimismo, entendemos que la expresión ?rey de justicia? determina que el soberano no es un llano vehículo legal ?a modo de interlocutor? sino que encarna la justicia por antonomasia; su cuerpo simboliza el orden, lo normativo, reglado y estable, i.e. su ser está morfológicamente solarizado.
Texto completo
Dirección externa:
Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Para ver una copia de esta licencia, visite https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.es.