La idea de definir lo queer es muy poco "queer"; más bien, podemos pensar algunas características de lo queer que pueden ser interesantes, o que tienen potencial, y otras que resultan inconducentes o incluso peligrosas. En términos filosóficos, "queer" puede ser pensado como una epistemología, y como una política. Es decir: la categoría de "queer" puede ofrecernos una serie de pautas para interpretar lo que nos rodea, así como también sobre cómo intervenir políticamente en eso mismo que estamos observando, con el objetivo de lograr un cambio. No obstante, si vamos a seguir pensándonos desde la categoría de “queer”, es urgente recuperar el eje de autocrítica y conciencia política que tuvo en sus orígenes, para dejar un poco de lado nuestra necesidad de sentirnos "rarxs", y hacer algo con lo que tenemos, desde un proyecto subversivo de solidaridad, horizontalidad, y coherencia.