El presente trabajo indagará en las maneras en las que se ha hecho el intento, en aquel punto en que convergen la historiografía y las artes, de referirse a un sujeto inherentemente problemático como es lo queer, sin opacar la riqueza de su pluralidad. Se analizará este fenómeno a partir de las ideas de Scott Bravmann de “escritos postmodernos” (aquellos que se sirven de la más amplia gama de recursos disponibles) y “sitios performativos” (que constituyen su propio sujeto), y de la propuesta de Danto de “rehabilitación del arte” como herramienta política. A lo largo del trabajo se tomarán algunos ejemplos de esta convergencia, para ilustrar con ellos los elementos anticipados o augurados por dichos autores y por la teoría queer.