¿No posee una cuenta?
EL ENIGMA BOLIVAR O DE COMO CORTAR LA BARBA AL VIEJO MARX
De Mauro Martin Adrían.
En ARTILUGIOS DE LA TRADICIÓN: HISTORIA E IDEAS EN LATINOAMERICA. (Argentina): HORACIO ELIAS.
Dirección estable:
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Resumen
Desde la profunda incomprensión que se vislumbra en el panfleto sobre S. Bolívar de K. Marx hasta los grandilocuentes desencuentros de un marxismo toscamente mecanicista y economicista durante el transcurso del S.XX; el enigma de un posible marxismo latinoamericano merodea el intento de reformulación del mismo, lo cual motiva el desafío precedente. Esto implica pensar entre reflejos desplazados, atendiendo el fermento marxista y la eterna querella de la pregunta por lo latinoamericano. El presente ensayo tiene por arriesgo ocurrente el hacer dialogar mundos, aparentemente más cercanos que distantes -ponerlos en sintonía-, en el laberíntico proyecto de la traducción de un esquema a otro sin por ello pecar de reduccionistas. Y utilizo el concepto en el sentido gramsciano de “traducibilidad” de los lenguajes y que se refiere a la posibilidad de algunos experimentos históricos, políticos y sociales, de encontrar una equivalencia en otras realidades. (Aricó, 2005:50) Es decir, estas notas evitan -de algún modo- reducir unilateralmente un esquema a la realidad del otro. Un comienzo constructivo -que supere el controvertido dictum hegeliano: pueblos sin historia- es aquel signado por estos desplazamientos semánticos, metamorfosis fragmentadas en pensamientos y movimientos sociales utópicos retrasplantados en América. Ubicados desde la apropiación política del mismo y desde una cierta hegemonía hermenéutica en permanente disputa. En cuanto al espejismo eurocéntrico como dispositivo distorsionante -el espejo donde nuestra imagen es siempre, necesariamente, distorsionada señala Aníbal Quijano (2000: 201-246) - el marxismo adherido a sus más ciegas convicciones dogmáticas y positivistas no vio sencillamente un componente de decisiva importancia en el proceso de transformación del capitalismo en sistema mundial (Aricó,1988: 57), el llamado circuito comercial del atlántico: lo que comprende en parte el moderno/colonialismo principalmente hispánico, portugués y sajón en América. Es a partir de ello, que en el preciso análisis detenido de la obra Marxiana, no hay una profunda separación entre la verdadera preocupación de Marx por el ´capitalismo desarrollado´ frente al ´capitalismo colonial’ -como lo indica J. Aricó (1988: 55)-. ¿Por qué Marx en América Latina a pesar del desencuentro? ¿Porque esta hermenéutica de lo social y no otra?. En parte se debe a la cola del diablo en América latina, esto es el fermento Gramsci-Mariátegui en nuestras latitudes. Y en particular el pensamiento socialista argentino el cual también nos aventaja en la capacidad de iluminar el abordaje de construcciones sobre las diversas comunidades nacionales. Además el corpus teórico marxista, desde la recomposición que significó el gramscismo, concibe lo latinoamericano en la reformulación continua -con todo el desafío que la re-escritura implica- con las experiencias existenciales de sus mismos actores. Esto constituye una apuesta al dinamismo constante de lo real, del proyecto inacabado del ‘pensar y construir la política desde estos meridianos’, asumiendo sus inherentes conflictos constituyentes. Es por ello que los recorridos cartográficos de J. M. Aricó son ineludibles: es aquí donde hago uso de su itinerario y derrotero por el intempestivo socialismo argentino. Vale decir, esta operación coiffeur (de cómo cortar la barba al viejo Marx) es legítima en un doble sentido. Como aporte de estas dos esferas encontradas, el marxismo se re-figura como posibilidad de cuestionarse a sí mismo, de disputar su núcleo axiomático en otras palabras: la vitalidad de sus crisis, su permanente adecuación crítica; A partir de aquello que se le escapa constantemente. Y por su parte el pensamiento nacional y latinoamericano se enriquece desde este enfoque -atendiendo a sus múltiples pliegues y repliegues- en su construcción como tal y por cierto demás problemática, así postulemos al marxismo como uno de sus principales interlocutores al interior de la tradición de ‘pensamiento americanista’.
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