La historia argentina de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX está marcada, entre otros procesos, por la llegada masiva de inmigrantes europeos y la aparición de una extensa clase media formada por sus descendientes. La temática ocupa un lugar destacado en los contenidos escolares por considerar que le ha otorgado al país sus rasgos culturales más notorios. Inmigraciones de otros orígenes no han recibido una atención similar, no por falta de investigaciones, sino por un conjunto de factores que se relacionan con los prejuicios étnicos, la relativamente escasa importancia numérica, entre otros.En este trabajo se realiza, en primer lugar, una síntesis de estudios educativos referidos directa o indirectamente a la inmigración. Para acotar una tarea que puede visualizarse como ambiciosa, se brinda, en primer lugar, una revisión de la producción de los últimos diez años. Se observan las comunidades que han recibido la mayor atención por parte de los historiadores, se relevan las principales problemáticas que genera la presencia de "otros", diferentes a los "nacionales", en el sistema educativo, y la respuesta que ha dado el estado a los conflictos emergentes. También las tensiones entre la "vieja" y la "nueva" inmigración, principalmente europea versus limítrofe, y las creencias que sustentan los planteos xenófobos.En segundo lugar se analizan ejemplos relevantes de propuestas de profesores en formación y en ejercicio de la profesión en relación con la enseñanza de la temática para desentrañar cuáles son sus fundamentos pero sobre todo cómo facilitan u obstaculizan una educación intercultural, algo poco explorado en el campo de la enseñanza de la historia en Argentina ya que se la suele concebir como una disciplina apegada al conocimiento del pasado, sin consecuencias para la vida de las sociedades presentes o futuras.