Un puro vegetar indaga las representaciones de la lectura en la prensa colonial porteña, especialmente en el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio editado entre 1802 y 1807. Allí se pueden rastrear por un lado al lector ideal planteado por Juan Hipólito Vieytes encarnado en la figura del párroco ilustrado que se encargará de difundir los saberes provenientes de Europa entre los niños de su grey para que ellos les transmitan estas enseñanzas a sus padres y logren así cambiar las prácticas de labranza de la tierra y por el otro aparecerá la figura del lector encerrado en sí mismo, en la esfera de su biblioteca que será interpelado por la literatura médica del siglo XVIII junto con la literatura libertina del período como síntoma de una problematización en tiempos de la Ilustración sobre la soledad y la imaginación. [Tesina de licenciatura en Comunicación -2005]