En su afán de expandir territorialmente su poder político, la Academia Mayor de la Lengua Quechua del Cuzco (AMLQ) viene desarrollando una actividad desembozada en la República Argentina, ya sea en forma directa a través de algunos de sus "catedráticos", o en forma indirecta, mediante la captación de miembros de otras instituciones, quienes luego pasan a desempeñarse como personeros de la secta cuzqueña. Fieles a su debilidad por los nombres rimbombantes y a la organización de congresos de dudosa representatividad, planean para el 2004 una operación de gran escala, con asiento en la ciudad de Salta, como aval político a sus pretensiones hegemónicas. Y es que los hermanos de la AMLQ creen que pueden imponer por la vía de acuerdos espúreos, por la compra de voluntades o por la fuerza bruta, su variedad dialectal como norma lingüística para los diez millones de quechuahablantes distribuidos por varios países de América. En este trabajo haremos un análisis de las actividades de la AMLQ y mostraremos cómo en la vía de hechos, su ideología y su accionar constituyen remozadas formas de racismo y discriminación, que reproducen antiguos mecanismos de opresión, en donde las víctimas son nuevamente aquellos a quienes los académicos cuzqueños consideran sus "hermanos" cuando les conviene.