En los años setenta, el funcionamiento exacerbado del estilo de desarrollo basado en el modelo industrial sustitutivo orientado al mercado interno condujo a una crisis del régimen social de acumulación, la cual desembocó, a lo largo de toda la década del ochenta, en un escenario de desequilibrios estructurales, recesión y, finalmente, la hiperinflación de 1989. La salida de ésta a principios de los años noventa, se logró mediante un programa de Convertibilidad y un paquete de reformas estructurales que alteraron las reglas de funcionamiento de la economía e incrementaron las tasas de desocupación, precariedad laboral y marginalidad, conformando una estructura segmentada del mercado laboral. Hacia fines de la década los efectos de las crisis internacionales pusieron en evidencia la vulnerabilidad del modelo, agravando la recesión que terminó en un enorme colapso que condujo a la salida del sistema de Convertibilidad. La devaluación modificó radicalmente el sistema de precios, generando un incremento sustantivo del tipo de cambio real y un fuerte superávit comercial. Se inició una nueva fase expansiva con una recuperación de la demanda agregada de empleo y de los indicadores laborales en general, pero sin traducirse en un cambio en el modelo de acumulación  y en la heterogeneidad estructural presente en el mismo.Estos cambios observados en las últimas cuatro décadas impactaron, en las diferentes oportunidades que presentan los sujetos de insertarse en el mercado de trabajo. Si adicionalmente consideramos que el hogar es la unidad central en la cual los sujetos despliegan sus estrategias de supervivencia, cabe realizarse las siguientes preguntas: ¿qué oportunidades de movilidad ocupacional han registrado los sujetos que se encuentran hoy insertos en las diferentes categorías ocupacionales, así como en los diferentes sectores de la economía, con respecto a la generación anterior? ¿Estas oportunidades cambiaron a lo largo del contexto de crecimiento económico 2003 – 2009?Se pretende observar cómo un sector de la sociedad se encuentra hoy en una situación de desventaja en cuanto a sus reales posibilidades de inserción laboral. Observada desde un punto de vista dinámico la desigualdad no pasa a ser una cuestión estática o coyuntural, sino que refiere a la persistencia de diferenciales en la estructura de oportunidades, los cuales se profundizaron en las últimas décadas, desdibujando del horizonte de posibilidades la vigencia de mecanismos de movilidad social ascendente y agravando las situaciones de desigualdad y exclusión.La unidad de análisis considerada serán las trayectorias de movilidad socio-ocupacional que presenten los sujetos con respecto a su generación anterior, durante el periodo 2004 / 2008. Para ese propósito se considerará como unidad de registro, a la población adulta mayor de 18 años perteneciente a hogares particulares con diferente nivel socioeconómico y con diferente inserción ocupacional. Para esto se utilizarán los datos de La Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), la cual es una encuesta multipropósito y longitudinal con diseño en panel que se aplica sobre una muestra aleatoria de 2500 casos.