El objetivo de esta ponencia es analizar los principales factores que intervienen en la elección de: 1. la mujer como primer miembro de a pareja que migrará; 2. la experiencia del cónyuge varón que permanece en Perú y su posterior movimiento; 3. la migración de la pareja completa. Se analizan 22 entrevistas en profundidad aplicadas a varones y mujeres peruanos que se encontraban unidos (legal, religiosa o consensualmente) al momento de planear su migración. Entre los principales resultados se encuentra que cuando las familias tienen que acomodarse a coyunturas económicas en las cuales los ingresos del varón no son suficientes (situación profundizada en el Perú de los años noventa), se ven trastocadas ciertas normativas de género. Con la crisis económica se fortalece la crisis masculina y con ella, la crisis familiar o de la pareja. Las tres crisis encadenadas junto a las características del mercado de trabajo de destino que, supuestamente, facilita la más rápida inserción femenina, impulsan la migración de la mujer peruana hacia Buenos Aires. Las redes fortalecidas por mujeres, la legitimidad social que con el paso del tiempo han logrado los movimientos de mujeres en Perú, la cercanía espacial entre el país de origen y el de destino, así como la relativa facilidad de entrada a la Argentina, también favorecen dicha selectividad. Además, la necesidad de que el varón no interrumpa su actividad laboral en Perú, para que el grupo familiar mantenga algún tipo de ingreso hasta que la mujer se establezca en Argentina, también juega un papel importante en la migración de la mujer. Para los esposos, quedarse en Perú significa acomodarse a situaciones que, en muchos casos, requieren la realización de tareas asignadas a las mujeres. Los varones no ocultan que preferirían continuar siendo los principales proveedores. Tampoco ocultan que su orgullo ha sido afectado por la migración de la esposa.